Dicha serie
se compone de 12 historias independientes, y, que yo sepa, su primera edición
fue en España, en la revista "Totem
el Comix" de Toutain, entre
1989 - 92, aunque sólo se llegaron a publicar 8 historias. La única edición completa
de la que tengo noticia es la de la revista italiana "Skorpio" en 1994, pero como, por desgracia, no dispongo de
esos materiales, los comentarios de Albert
se ciñen a los 8 episodios aparecidos en "Totem".
(Comentarios recogidos por correo electrónico entre Mayo y Junio de 2020 por Miguel Ángel Ferreiro.)
"Totem
el Comix" #36 (Noviembre 1989)
Por lo demás,
me viene a la mente lo mal que encajaban esas historias con los textos de la
primera página. A Fernando le
gustaba el tema del zodíaco. Casi me atrevería a pensar que creía bastante en
ello. Pero el encaje de las historias ya entonces nos parecía forzado. Creo que
para él eso era lo de menos. Con la excusa del zodíaco conseguía empaquetar 12 entregas,
que al fin y al cabo eran ingresos.
Me parece recordar que los textos de la primera página ni tan siquiera venían en el guión, si no que los redactaba al final, cuando ya todo lo tenía listo. Los dibujos de esas primeras páginas por lo general los hacia él mismo. Yo recuerdo haber hecho alguno. En esta historia de "Cáncer" yo apostaría que el dibujo es suyo.
2)
CAPRICORNIO: NOCHE DE TORMENTA
"Totem el Comix" #37 (Diciembre 1989)
"Totem el Comix" #37 (Diciembre 1989)
En esta
ocasión, salvo la primera página con el signo de Capricornio, el resto de la
historieta la dibujé yo.
A modo de
anécdota te puedo contar que para el aspecto de la chica me inspiré en mi
primera novia. Mientras dibujaba esta historieta vivía los inicios de mi
primera relación sentimental. No obstante, luego Fernando idealizaba los rasgos con la tinta.
3)
GÉMINIS: IN MEMORIAN
"Totem el Comix" #38 (Enero 1990) Esta historia no es mía. Apostaría que es de Paco Corachan, con tinta íntegra de Fernando y guión de Héctor.
4)
VIRGO: MATAR A LA BESTIA
"Totem el Comix" #39 (Febrero 1990)
Esta historia
es la única que recuerdo íntegramente dibujada por Amadeo Aldavert y entintada íntegramente por Fernando. Del guión no sé nada, ya que no vi los créditos en la
primera página, pero permíteme la licencia de decir que empezaban a flojear.
Vale la pena aquí matizar que, a pesar de de la inconsistencia de alguna de las
historias, en el trabajo definitivo puede verse un derroche enorme de esfuerzo
e ilusión, lo cual demuestra el interés y el enorme desafío que, a fin de
cuentas, a todos nos generaba ese trabajo con Fernando.
5)
ARIES: MAN
"Totem el Comix" #40 (Marzo 1990)
Esta historia
tan sólo me suena vagamente como un recuerdo lejano. Podría ser que varias
manos trabajaran en ella. Creo recordar que durante ese período hubo dos
dibujantes de su generación y cercanos a él, que también le ayudaron. Uno fue José María Martín Saurí, y del otro no
recuerdo el nombre, ya que creo que la colaboración no acabó fraguando tras los
primeros intentos.
En cualquier
caso, veo la mano íntegra de Fernando
en algunas páginas con el lápiz y la tinta, mientras que en otras distingo
habilidades con el lápiz que muy raramente Fernando
mostraba, por lo que apostaría que hubo otras manos en algunas páginas de esta
historia.
6) ESCORPIO: LA PICADURA
"Totem el Comix" #42 (Mayo 1990)
Esta historia
creo recordar que era íntegramente de Fernando.
No estoy seguro. Recuerdo verla por el estudio y el estilo es muy de Fernando pero tiene elementos que
podrían inducir a pensar que hubo la intervención de alguien (tal vez Paco Corachan). No obstante, prefiero
no dudar del potencial de Fernando
cuando se encontraba ante una historia que le motivaba. Aunque también tengo
que admitir que Paco Corachan a
menudo lograba captar con mucha habilidad lo que Fernando le pedía.
7)
PISCIS: SESIÓN DE NOCHE
"Totem el Comix" #48 (Noviembre 1990)
Esta es una
de esas historias de las que había perdido totalmente la pista y que creo que dibujé
íntegramente. Veo mi trazo en muchos gestos de los personajes, pero hay que
decir que, con la tinta, Fernando
lograba hacerse suyos esos dibujos.
8) LIBRA: LA TIENDA
"Totem el Comix" #67 (Junio 1992)
Esta historia
es completamente mía, tanto el lápiz como la tinta. Tan solo el guión no es mío
(tal vez de Fernando). La tinta es
bastante mala porque yo no había entintado nunca nada antes con Fernando.
Como
anécdota, decir que los órganos sexuales masculinos los tuve que hacer
desaparecer en la versión italiana.
Fernando puso mi nombre por primera y única vez en los
créditos.
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Todavía hay,
como mínimo, dos historias más mías entre las cuatro de la versión italiana que
no se publicaron en "Totem".
Recuerdo gratamente "Acuario:
Sirenas" porque fue la única en la que participé con Fernando creando el guión, y porque
también la entinté, además de dibujarla a lápiz.
Esta serie, a
mi juicio, era un compendio de géneros literarios que pretendía demostrarnos
que éramos capaces de hacer cualquier cosa. Fernando se guiaba mucho por la intuición a la hora de definir el
siguiente proyecto, de modo que seguramente hubiera elegido el género que más
le habría satisfecho en el zodíaco para desarrollar su próximo trabajo.
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En
la entrada del 18 de diciembre de 2019 hice una pequeña reseña del primer libro
de Albert, "Viajar pintado", que entonces
acababa de salir, y que está disponible a la venta en Amazon. Ahora es el
propio Albert quien nos comenta
algunos detalles sobre sus contenidos.
En tu blog dices que el libro finalmente se publicó "tras una pequeña eternidad intentándolo". ¿A qué te referías exactamente? ¿Al tiempo que te llevó redactar el libro, o a las dificultades a la hora de encontrar editor?
Este primer libro es fruto de un complejo proceso de maduración. Para
ponerte en contexto, te diré que el primer deseo de publicar un libro surgió a
partir de la última noche que pasé en Osaka (Japón) después de trabajar en ese
país como caricaturista en un parque de atracciones durante 2 años. Esa etapa
japonesa había quedado truncada súbitamente a causa del terremoto de Fukushima,
lo cual me pareció algo suficientemente dramático en sí mismo, como para
estructurar una historia.
En tu blog dices que el libro finalmente se publicó "tras una pequeña eternidad intentándolo". ¿A qué te referías exactamente? ¿Al tiempo que te llevó redactar el libro, o a las dificultades a la hora de encontrar editor?
Busqué por internet las nuevas plataformas de autoedición que existían y di
con una, llamada BUBOK, que permitía a los autores subir sus libros y
comercializarlos bajo demanda, sin tener que hacer el gran desembolso de
imprimir una gran tirada inicial. A partir de ahí me dediqué a investigar cuál
sería el software mejor para maquetar los contenidos e hice un primer
experimento con Photoshop (se pueden visualizar esas primeras páginas del
intento de libro "La última noche en Osaka"
en mi blog). No obstante, tras lidiar con varias dificultades, finalmente
descubrí SCRIBUS, un programa libre que ofrece muchas posibilidades sin llegar
a ser demasiado complicado, así que me puse a estudiar el manual para
utilizarlo con mi libro.
Paralelamente, en mi puesto de trabajo de la Rambla, a mi regreso de Japón, me encontré con un inspector de la guardia urbana que me prohibía dibujar mi estilo a instancias de mis competidores de la feria, que los últimos 3 años se habían dedicado a conspirar para impedir a los retratistas que hicieran caricaturas, preparándome esa sorpresa en forma de denuncias a mi regreso, si osaba hacer caricaturas en lugar de retratos.
De ese modo mi libro empezó a tomar la forma de un ensayo a partir del cual dejar constancia para la posteridad sobre la barbaridad que supone para un retratista que le obliguen a ceñirse al realismo fotográfico, sin permitirle soltar la muñeca con ejercicios de espontaneidad como la caricatura. Todo ese ensayo quedó publicado online en mi blog en modo de libre acceso, en forma de catálogo de mi obra; al estilo de los catálogos de sellos de los coleccionistas.
Paralelamente, en mi puesto de trabajo de la Rambla, a mi regreso de Japón, me encontré con un inspector de la guardia urbana que me prohibía dibujar mi estilo a instancias de mis competidores de la feria, que los últimos 3 años se habían dedicado a conspirar para impedir a los retratistas que hicieran caricaturas, preparándome esa sorpresa en forma de denuncias a mi regreso, si osaba hacer caricaturas en lugar de retratos.
De ese modo mi libro empezó a tomar la forma de un ensayo a partir del cual dejar constancia para la posteridad sobre la barbaridad que supone para un retratista que le obliguen a ceñirse al realismo fotográfico, sin permitirle soltar la muñeca con ejercicios de espontaneidad como la caricatura. Todo ese ensayo quedó publicado online en mi blog en modo de libre acceso, en forma de catálogo de mi obra; al estilo de los catálogos de sellos de los coleccionistas.
El siguiente paso iba a consistir en rentabilizar todo ese trabajo, que ya
había asumido como inherente a mi producción artística, en un formato que se
pudiera comercializar. Y ese paso surgió cuando, ya dominando el SCRIBUS,
decidí publicar lo que tenía maquetado de modo experimental para así testear la
plataforma BUBOK de autoedición. En ese punto, la plataforma me falló y tuve
que buscar alternativas en Internet. Por suerte, los últimos años Amazon había
desarrollado un sistema parecido que, tras algunos ajustes, me permitió lanzar
ese primer libro definitivamente.
¿Por qué el libro sólo está disponible en Amazon, y no en librerías?
Tras publicar mi primer libro en Amazon, descubrí algunos parámetros que quedaban medio velados al explorar su aplicación de autoedición. Uno de esos aspectos es que Amazon ofrece un extenso catálogo de medidas para imprimir tu libro, pero a la hora de cargar el documento para que el libro quede a la venta bajo demanda, te das cuenta que la opción de venta en librerías tan sólo está activa para algunos formatos, no para todos. Yo ya había maquetado el libro dos veces, una para los formatos de BUBOK y otra usando un formato de Amazon que me pareció el más adecuado, de modo que cuando me di cuenta que el formato elegido no me permitía la venta en librerías, yo ya no me vi dispuesto a reformatear el documento una tercera vez, sin antes comprobar el resultado que iba a obtener en papel. Y así fué cómo mi primer libro salió de ese modo.
Esa experiencia me servirá para futuras publicaciones, ya que tendrán activada la opción de que las librerías puedan acceder a mi libro, a cambio de repartirse conmigo el pequeño margen de beneficio de su venta.
¿Por qué el libro sólo está disponible en Amazon, y no en librerías?
Tras publicar mi primer libro en Amazon, descubrí algunos parámetros que quedaban medio velados al explorar su aplicación de autoedición. Uno de esos aspectos es que Amazon ofrece un extenso catálogo de medidas para imprimir tu libro, pero a la hora de cargar el documento para que el libro quede a la venta bajo demanda, te das cuenta que la opción de venta en librerías tan sólo está activa para algunos formatos, no para todos. Yo ya había maquetado el libro dos veces, una para los formatos de BUBOK y otra usando un formato de Amazon que me pareció el más adecuado, de modo que cuando me di cuenta que el formato elegido no me permitía la venta en librerías, yo ya no me vi dispuesto a reformatear el documento una tercera vez, sin antes comprobar el resultado que iba a obtener en papel. Y así fué cómo mi primer libro salió de ese modo.
Esa experiencia me servirá para futuras publicaciones, ya que tendrán activada la opción de que las librerías puedan acceder a mi libro, a cambio de repartirse conmigo el pequeño margen de beneficio de su venta.
Mi total
ignorancia en el campo de las diferentes técnicas artísticas me
impide comentar adecuadamente esa parte de tu libro, pero hay un
punto que quisiera pedirte que ampliaras, en favor de todos los legos en la
materia. ¿Podrías explicar con más detalle las diferencias entre usar un pincel
y usar ¡una espátula! para pintar? (Quiero decir, yo he usado espátulas... para
arrancar la pintura vieja de la pared...)
Te agradezco esta pregunta porque me confirma que este primer libro toca aspectos demasiado técnicos, sin matizar suficientemente los detalles para su amplia comprensión. Ciertamente, esas espátulas son unas herramientas para pintores muy parecidas a la de arrancar la pintura vieja de la pared. La diferencia es su tamaño y su forma, ya que, siendo más pequeñas y teniendo formas diversas, permiten aplicar la pintura sobre el lienzo como si se tratara de empastes de yeso o de cemento. Con esas espátulas, la pintura se aplica a montones, mientras que con los pinceles la pintura se deposita sobre la superficie en forma de finas capas. Además, esas espátulas son metálicas y mucho más rígidas que el pelo de los pinceles, de modo que los trazos apenas pueden ajustarse a los detalles y tan solo permiten empastes de color sin apenas control de la forma.
Todas esas obras estaban enmarcadas. La mitad eran pasteles, que requerían una manipulación delicada sin el marco. Los otros eran óleos, que habría tenido que arrancar de su bastidor e invertir dinero en volver a montar y enmarcar en Barcelona... para mí, ya habían cumplido su cometido y en Ulm iban a tener un hogar mejor.
En cuanto a mi próximo libro: sí, tenía muchas ganas de terminar el de Japón. En cualquier caso, en una segunda edición de mi primer libro sin duda añadiré la parte de Alemania que falta y lo haré disponible también en librerías.
Mi próximo libro lo he concebido más como una nueva obra en sí, que como un
mero catálogo de mis dibujos. La idea es que, a partir del próximo libro, sea
él mismo el que defina las obras e ilustraciones que necesita, en lugar de
adaptarse a lo que voy pintando.
En un principio, el próximo libro hablará de mi experiencia en Camboya, y buscará acercarse a un formato de guía para visitantes, para que les ayude a comprender mejor la vida y la cultura del país desde un punto de vista más artístico.
La idea es que el libro se parezca cada vez más a un cómic, buscando los hilos argumentales tras los personajes reales que aparecen en mis dibujos. En el fondo, lo que persigo en esta ocasión es seguir creando el estilo de narración que necesito para poder regresar algún día a Japón y terminar ese libro previo que quedó en el tintero.
En cuanto al libro de Camboya, todo iba bien hasta que llegó el Coronavirus. Ya había escrito más de la mitad hasta que tuve que cerrar mi estudio galería y trasladarme a la casa de mis suegros (me casé hace unos pocos meses con una camboyana). Eso cambió el recorrido del argumento y me dejó sin espacio para pintar, al menos hasta que termine de reconvertir el gallinero del jardín en mi próximo estudio. El caso es que la pandemia ha retrasado su publicación, al menos hasta el próximo año 2021.
Te agradezco esta pregunta porque me confirma que este primer libro toca aspectos demasiado técnicos, sin matizar suficientemente los detalles para su amplia comprensión. Ciertamente, esas espátulas son unas herramientas para pintores muy parecidas a la de arrancar la pintura vieja de la pared. La diferencia es su tamaño y su forma, ya que, siendo más pequeñas y teniendo formas diversas, permiten aplicar la pintura sobre el lienzo como si se tratara de empastes de yeso o de cemento. Con esas espátulas, la pintura se aplica a montones, mientras que con los pinceles la pintura se deposita sobre la superficie en forma de finas capas. Además, esas espátulas son metálicas y mucho más rígidas que el pelo de los pinceles, de modo que los trazos apenas pueden ajustarse a los detalles y tan solo permiten empastes de color sin apenas control de la forma.
Cuando ibas a abandonar
Ulm, en Alemania, para volver a Barcelona, te encontraste con que tu coche
estaba averiado, sin posibilidad de reparación, y tuviste que coger un autobús.
Como no podías meter en la maleta todos los cuadros que habías pintado
hasta entonces, decides… ¡tirarlos a la basura!... lo cual me parece terrible.
¿No había otras opciones, como enrollar las telas y mandarlas por correo?
Para comprender esta reacción hay que imaginarse a alguien que tal vez
apuró hasta el último día de alquiler de la habitación, que cargó el vehículo
hasta los topes y que se encontraba totalmente predispuesto a iniciar un viaje
de regreso, después de gastarse todo el presupuesto para pasar el invierno. En
esa situación, tan sólo veía que debía regresar para recuperarme económicamente
haciendo retratos de nuevo en la Rambla de Barcelona.
Para que se entienda mejor, quizás también hace falta explicar que, como artista, dibujante o pintor, uno está muy acostumbrado a aplicar muchos meses de trabajo en desafíos que conllevan muchos errores y horas de trabajo perdidos. La única recompensa de todos esos esfuerzos es el conocimiento adquirido; la capacidad de comprender la dificultad de algo que antes parecía más fácil. Y eso mayormente significa un cambio de rumbo en el planteamiento del futuro. Ese conocimiento es la auténtica obra. El objetivo de todo ese esfuerzo es saber "cuál no debe ser el siguiente paso".
Los cuadros en ese preciso momento se convirtieron súbitamente en una molestia. En una carga. En algo que no merecía la pena invertir dinero para llevar a Barcelona porque, tratándose de paisajes de Alemania, ahí difícilmente se iban a vender. No voy a negar que se me pasó por la cabeza regalárselos a la gente que había conocido durante ese tiempo en Alemania, pero el container de basura estaba justo al lado, me resultaba más fácil pensar que ése era el lugar indicado. Afortunadamente mi compañera me había venido a despedir. Yo no quería molestarla almacenando cosas mías en casa de sus abuelos, de modo que se lo di todo.
Para que se entienda mejor, quizás también hace falta explicar que, como artista, dibujante o pintor, uno está muy acostumbrado a aplicar muchos meses de trabajo en desafíos que conllevan muchos errores y horas de trabajo perdidos. La única recompensa de todos esos esfuerzos es el conocimiento adquirido; la capacidad de comprender la dificultad de algo que antes parecía más fácil. Y eso mayormente significa un cambio de rumbo en el planteamiento del futuro. Ese conocimiento es la auténtica obra. El objetivo de todo ese esfuerzo es saber "cuál no debe ser el siguiente paso".
Los cuadros en ese preciso momento se convirtieron súbitamente en una molestia. En una carga. En algo que no merecía la pena invertir dinero para llevar a Barcelona porque, tratándose de paisajes de Alemania, ahí difícilmente se iban a vender. No voy a negar que se me pasó por la cabeza regalárselos a la gente que había conocido durante ese tiempo en Alemania, pero el container de basura estaba justo al lado, me resultaba más fácil pensar que ése era el lugar indicado. Afortunadamente mi compañera me había venido a despedir. Yo no quería molestarla almacenando cosas mías en casa de sus abuelos, de modo que se lo di todo.
Todas esas obras estaban enmarcadas. La mitad eran pasteles, que requerían una manipulación delicada sin el marco. Los otros eran óleos, que habría tenido que arrancar de su bastidor e invertir dinero en volver a montar y enmarcar en Barcelona... para mí, ya habían cumplido su cometido y en Ulm iban a tener un hogar mejor.
El libro termina de
forma abrupta, al mejor estilo de los tebeos de "continuará": avanzas
que tus planes para volver a Alemania se truncarán inesperadamente y acabarás,
en cambio, viajando a Japón. ¿Por qué decidiste cortar la narración en ese
punto? ¿Tenías pensado ya escribir un segundo libro? ¿Estabas limitado a un
determinado número de páginas?
Me había propuesto elaborar ese experimento de libro tratando de catalogar
las obras que todavía no aparecían en el catálogo. Había pensado ligar todas
esas obras que tenía archivadas como un manual para ayudar a los jóvenes
artistas que se les ocurriera llevar a cabo alguna experiencia parecida
viajando. La parte de mi regreso a Alemania
ya la tenía catalogada y estaba accesible online desde mi blog, del mismo modo
que también había catalogado mi obra de Japón. Es cierto
que este libro hubiera quedado mejor acabado si hubiera incluido la parte de mi
regreso a Alemania, que fue el momento en que me di cuenta que debía iniciar
una nueva etapa como caricaturista. Pero tenía prisa por ver el resultado en
soporte físico, ya que ese iba a ser un gran estímulo para seguir publicando
libros. Al fin y al cabo, quien quisiera saber más ya tenía la información a su
disposición en mi web.
En cuanto a mi próximo libro: sí, tenía muchas ganas de terminar el de Japón. En cualquier caso, en una segunda edición de mi primer libro sin duda añadiré la parte de Alemania que falta y lo haré disponible también en librerías.
En un principio, el próximo libro hablará de mi experiencia en Camboya, y buscará acercarse a un formato de guía para visitantes, para que les ayude a comprender mejor la vida y la cultura del país desde un punto de vista más artístico.
La idea es que el libro se parezca cada vez más a un cómic, buscando los hilos argumentales tras los personajes reales que aparecen en mis dibujos. En el fondo, lo que persigo en esta ocasión es seguir creando el estilo de narración que necesito para poder regresar algún día a Japón y terminar ese libro previo que quedó en el tintero.
En cuanto al libro de Camboya, todo iba bien hasta que llegó el Coronavirus. Ya había escrito más de la mitad hasta que tuve que cerrar mi estudio galería y trasladarme a la casa de mis suegros (me casé hace unos pocos meses con una camboyana). Eso cambió el recorrido del argumento y me dejó sin espacio para pintar, al menos hasta que termine de reconvertir el gallinero del jardín en mi próximo estudio. El caso es que la pandemia ha retrasado su publicación, al menos hasta el próximo año 2021.
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