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martes, 25 de mayo de 2021

Hammond Innes (Escritores olvidados)

Hammond Innes es uno de los más claros casos de escritores "olvidados" por los editores españoles. De sus 34 novelas, sólo 12 se han traducido al castellano; de sus 9 libros de no ficción, sólo 2; y de sus 4 cuentos infantiles, ninguno. En una carrera que abarca de 1937 a 1996, en España sólo se fue publicando, en su momento, el período casi completo (a falta de una novela) que va de 1947 a 1962, más la curiosa excepción de "El caballo de Troya", que, siendo una obra de 1940, no se publicó hasta 1980, en la colección argentina El Séptimo Círculo. Es decir, que tuvo su lugar en el cielo durante unos años, y luego se desvaneció. Ni siquiera goza del consuelo de otros casos parecidos, como P.C. Wren o Pierre Benoit, grandísimos escritores de los que, al menos, se ha seguido reeditando alguna de sus obras más señeras ("Beau Geste" y "La Atlántida", respectivamente).

Foto del autor, publicada en la contraportada de "El oasis condenado"

El británico Hammond Innes empezó escribiendo novelas policíacas protagonizadas por el reportero Peter Deveril. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los ambientes de guerra y espionaje se introducen en su temática, para llegar al fin a una amalgama propia de misterio y aventura, que es la característica general de las 12 novelas que vamos a comentar a continuación. En casi todas ellas suele haber un misterio a descifrar, aunque, todo hay que decirlo, manejado con no demasiada destreza. Bien pronto en la trama se dan pistas que sugieren cuál es la explicación del enigma. Ni siquiera se presentan varias alternativas o pistas falsas que mantengan la intriga.

Lo que verdaderamente caracteriza su obra, su rasgo más valioso y personal, es el tratamiento que da a la lucha del hombre contra los elementos de la naturaleza. Aunque su héroe prototípico tenga enemigos humanos a los que enfrentarse, el auténtico rival a vencer será siempre la naturaleza desatada: las nevadas cumbres de las montañas, los mares helados del Ártico y del Antártico, los mares de olas embravecidas e implacables, serán sus paisajes favoritos. 

 


EL CABALLO DE TROYA (The Trojan horse, 1940)

Emecé (Argentina), Colección El Séptimo Círculo nº 330 (Abril 1980)

Segunda Guerra Mundial en Londres. Un grupo de nazis infiltrados en la sociedad británica (liderados por el Barón Marburg y el periodista Max Sedel) intenta hacerse con un nuevo tipo de motor diesel de aviación, desarrollado en secreto por Paul Severin, un ingeniero judío huido de los nazis. A ellos se enfrentan un abogado criminalista (Andrew Kilmartin), la hija del científico (Freya) y un fotógrafo (David Shiel).

En esta novela, la más antigua que poseo de nuestro autor, ya se presentan todos los esquemas característicos de su estilo:

- Las historias son siempre contemporáneas, ambientadas, como mucho, un par de años antes de la fecha de su escritura.

- Están narradas en primera persona por su protagonista (Andrew Kilmartin, en este caso), quien va a ser siempre un profesional civil de perfil poco heroico (abogado criminalista), de edad media (42 años) y de nacionalidad británica.

- Las repercusiones de la Segunda Guerra Mundial tienen un efecto directo o indirecto en los personajes, como reflejo, sin duda, de las propias experiencias del autor en la Marina de Guerra británica.

- La intriga planteada inicialmente (el científico se da a la fuga tras ser acusado de asesinar a su cuñado, que era quien le estaba financiando su investigación) se difumina bastante pronto (ya en el segundo capítulo se insinúa que todo puede ser un complot de la Calboyd Diesel Company, bajo control nazi, para hacerse con el nuevo motor).

- La parte romántica de la trama suele ser bastante endeble, y casi parece estar puesta a desgana, como para satisfacer un requisito editorial (Kilmartin se enamora de Freya, pero su romance queda sin resolver).

- La escena de acción más destacada es una en la que Kilmartin escapa de su prisión en los sótanos de un banco a través de los túneles de alcantarillado, que recorre hasta salir al río, en una larga y realista secuencia donde el protagonista debe luchar más contra el cansancio y contra el agua que empapa sus ropas y dificulta sus movimientos, que contra sus perseguidores, que son siempre una presencia amenazante a lo lejos. La parte final, en la que nuestros héroes se infiltran en un barco controlado por los nazis para intentar rescatar el codiciado motor, es más espectacular, con tiros y persecuciones, pero también mucho más convencional, y sólo destaca porque tiene lugar en uno de los escenarios favoritos del autor: el mar.

Como nota histórica al margen, hay que reseñar que el barco Thirlmere, en el que los nazis hacen su huida, ha sido fletado con la excusa de enviar armamento a Finlandia, que había sido invadida por la Unión Soviética el 30 de Noviembre de 1939. Recordemos que los nazis y los soviéticos fueron aliados desde la firma del pacto Molotov-Ribbentrop del 23 de Agosto de 1939. Cuando los alemanes invadieron Polonia por el Oeste el 1 de Septiembre siguiente, los rusos lo hicieron por el Este. La alianza entre ambas dictaduras se mantuvo en vigor hasta que los nazis invadieron la Unión Soviética el 22 de Junio de 1941. Por tanto, en el año de publicación de esta novela (1940) el Reino Unido ayudaba a Finlandia en su lucha contra el invasor ruso. En cambio, en la novela "La isla de Maddon", cuya acción transcurre en 1945, a quien ayudan con armamento los británicos es a sus nuevos "aliados", los rusos. 

 


EL ESQUIADOR SOLITARIO (The lonely skier, 1947) 

Editorial Molino, Colección Biblioteca Oro de Bolsillo nº 73 (sin año)

Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet

Una de espionaje, ambientada en los Alpes Dolomitas (Italia) en 1947.

El excombatiente Neil Blair, necesitado de trabajo para mantener a su esposa e hijo, acepta una oferta de Derek Engles, su antiguo comandante, y ahora director de cine, para que vaya a la estación de esquí de Col Da Varda, al norte de Cortina, en los Alpes Dolomitas, con la finalidad oficial de documentarse para escribir un guión, mientras el cámara Joe Wesson filma tomas del lugar. En realidad lo que tiene que hacer es estudiar a los lugareños e informarle de todo lo que allí pase.

Igual que en "El caballo de Troya", el misterio se desvela bien pronto, pues, nada más llegar a Cortina, Blair se entera de la historia del nazi Heinrich Stelben: durante la guerra se le encomendó un transporte de oro a Alemania, que desapareció por el camino; luego consiguió camuflarse como un italiano pero fue descubierto y detenido, y acaba de suicidarse en la cárcel. Engles quiere localizar el oro perdido, al igual que una serie de personajes que coinciden en Col Da Varda: Carla Rometta, la amante de Stelben, que se hace llamar ahora Contessa Forelli, y que se acompaña de Stefan Valdini; el irlandés Gilbert Mayne; y el griego Keramikos, que resulta ser un agente comunista.

En el desarrollo de la trama (no demasiado interesante, la verdad), todos estos personajes se alían y se pelean entre sí, y acaban todos muertos, menos el protagonista.

Lo más destacable, para mi gusto, es el capítulo en el que Mayne invita a Blair a una excursión de esquí por una zona alejada de las pistas habituales, con la intención de dejarlo abandonado a su suerte cuando se desencadene una tormenta de nieve. Blair se cae sobre la nieve, pero consigue levantarse y desandar el camino de vuelta al refugio, en una larga escena donde el autor consigue transmitirnos todo el esfuerzo y el sufrimiento del desplazamiento por un paisaje nevado y tormentoso. Aquí no hay tiros ni puñetazos, tan sólo la lucha por la supervivencia del hombre sacado de su elemento y perdido en medio de la naturaleza.

En 1948 se estrenó su adaptación cinematográfica, "Snowbound", dirigida por David MacDonald, en cuyo guión parece ser que intervino el propio Hammond Innes. Como no la he visto, no puedo comentarla.

  




LA ISLA DE MADDON (Maddon's Rock, 1948) 

Editorial Molino, Colección Selecciones de Biblioteca Oro nº 95 (1953)

Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet

9 ilustraciones interiores de Pablo Ramírez

Ambientada en 1945 y 1946.

El Cabo Jim Vardy y su compañero artillero Bert Cook, luego de haber servido como instructores del armamento suministrado por el Reino Unido a la Unión Soviética, embarcan en Murmansk (Rusia, junto a Suecia y Finlandia, en el Mar de Barentz) con su oficial Rankin, en el carguero Trikkala, que lleva un cargamento de lingotes de plata.

En medio de la travesía el barco es supuestamente alcanzado por una mina y el capitán Halsey ordena abandonarlo antes de que se hunda. Vardy y Cook (y Jennifer Sorel, una pasajera, de la que se dice, sin explicarlo bien, que había escapado de un campo de concentración nazi en Polonia) se niegan a aceptar las órdenes de sus superiores, porque anteriormente habían descubierto que varias tablas de los botes salvavidas estaban sueltas, y embarcan solos en una balsa. Son rescatados al día siguiente por uno de los barcos de la escolta, pero, cuando llegan a Inglaterra, son detenidos por rebelión porque previamente han aparecido Halsey y Rankin en otro bote, muy lejos de la zona del naufragio, y les han denunciado por rebeldía. En el consejo de guerra, Vardy y Cook son condenados a 4 y 3 años de cárcel, respectivamente, y enviados a Dartmoor.

A estas alturas de la historia, ya se ha insinuado que todo ha sido un sabotaje de Halsey para quedarse con el oro y deshacerse de todos los testigos.

Cuando llevan un año de condena, Vardy y Cook se enteran de que Halsey, Rankin y los demás preparan una expedición para rescatar la plata del Trikkala, sin que se entienda bien cómo es que el gobierno no lo ha hecho antes, y cómo permite ahora que lo hagan unos particulares, que se van a quedar con todo. Lo ridículo es que Vardy y Cook deciden fugarse, cuando ya les faltaba poco, sobre todo a Cook, que además tiene familia, con el único plan de obligar a Rankin a confesar, porque es un alcohólico y un débil de carácter.

Llegan a Newcastle y, efectivamente, no tienen problema en localizar solo a Rankin y lo hacen confesar, estando borracho e indefenso, a base de maltratarlo. Rankin confiesa que el Trikkala no se hundió, la explosión fue simulada, y el barco lo vararon en la ficticia Isla de Maddon, al sur de la isla de Spitzberg (hoy Spitsbergen), y cerca de la Isla de los Osos. Vardy decide adelantarse a Halsey y coger varios lingotes como prueba de su inocencia (lo cual hubiera estado bien como excusa para su fuga, si toda esta historia la hubieran sabido en prisión). Le piden prestado a Jennifer su yate, y ella les acompaña, con MacPherson, un veterano marino amigo suyo.

Llegan a la isla, consiguen atravesar el peligroso canal de arrecifes que hay a la entrada, y encuentran el Trikkala con la plata. Y también a un pasajero polaco llamado Zelinski que, no se sabe cómo ni por qué, se quedó atrapado en el barco sin que lo supiera Halsey (y que aquí hace el mismo papel que el Ben Gunn de "La isla del tesoro"). Antes de que puedan reembarcar en el yate, éste es destrozado por una borrasca. Consiguen poner en marcha los motores del Trikkala, pero entonces aparece el remolcador de Halsey.

A continuación se desarrollan unas cuantas escenas de acción bastante convencionales, con peleas, motines, y cañonazos, que acaban con el remolcador estallando en pedazos, y con Halsey y Rankin muertos.

El Trikkala regresa a Inglaterra, y, atención al absurdo, nuestros héroes ni son detenidos (pese a ser prófugos de la justicia), ni recibidos por las autoridades ni nada, la prensa los trata como estrellas, y Vardy ya piensa en su parte de la recompensa por el salvamento. Se menciona que habrá otro juicio, pero Vardy y Cook quedan libres en todo momento.

En la parte romántica, Jennifer y Vardy se habían confesado su amor durante la travesía y ahora quedan juntos.

Toda la parte de aventura en el mar es bastante interesante, pero el desarrollo de la trama es inverosímil.

 




EL HIELO AZUL (The blue ice, 1948)

Editorial Molino, Colección Selecciones de Biblioteca Oro nº 103 (al menos de 1954)

Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet

10 ilustraciones interiores de Arturo Moreno (el historietista y director de "Garbancito de la Mancha")

Ambientada principalmente en el Blaaisen, o Hielo Azul, un glaciar en el centro de Noruega, en la vertiente del glaciar Jokulen.

La empresa metalúrgica de Bill Gansert, de 36 años, ha interceptado un mensaje y una muestra de torio (un mineral "más duro que el acero y más ligero que el aluminio") que ha sido enviada, dentro de una lata de carne de ballena, desde una fábrica de Noruega. Su remitente, antes de morir despeñado, es George Farnell, que estuvo toda su vida buscando yacimientos de torio en Noruega, hasta el punto de que llegó a estafar dinero a su socio para poder financiar las investigaciones que éste le denegaba, y fue condenado a la cárcel. Pero antes de ser encarcelado huyó, se hizo pasar por un noruego y durante la Segunda Guerra Mundial participó en el Raid de Måløy (también conocido como Operation Archery, un ataque de fuerzas inglesas, que incluía a noruegos, en la ciudad de Måløy, en la isla de Vågsøy, para destruir fábricas nazis y abrir nuevos frentes que distraigan a los nazis). Desde entonces estaba desaparecido, hasta que ahora aparece su cadáver.

A Gansert lo envían a Noruega para investigar la localización de la mina.

En su yate Diviner se reúnen, de una forma muy poco creíble, una serie de dispares personajes: Jill Sommers (que dice conocer a Farnell y quiere saber qué le pasó), Jan Dahler (un noruego encarcelado por los nazis en la invasión, que huyó gracias a Farnell) y Knut Jorgensen (un noruego acusado de colaborar con los nazis y que ahora es competidor empresarial de Dahler). Como vemos, esta situación es similar a la planteada en "El esquiador solitario", y funciona igual de mal, con una serie de personajes misteriosos reunidos en un espacio confinado. Algunos de ellos se conocen entre sí y se odian, y el protagonista trata de sondearlos y descubrir sus secretos. Cosa que, por otra parte, no llega a hacer, porque se describen minuciosamente todos los rigores de la difícil navegación, las faenas a bordo y las guardias, que no le dejan tiempo para nada más.

Llegados a Noruega, aparece el villano oficial de la historia, Paal Lovaas, capitán de un ballenero, al estilo del Capitán Halsey de "La isla de Maddon", y se presenta el nudo argumental que va a sostener la trama hasta el final: Lovaas ha recogido en su barco a un tal Schreuder, que resulta que estuvo con Farnell el día de su muerte. Tanto Gansert como Jorgensen intentan ser los primeros en hablar con Schreuder, pero éste escapa, salta al mar helado y se le da por muerto. Gansert sospecha que fue rescatado por un par de buzos que andaban por la zona, y consigue localizar a uno de ellos, Sunde, que se hace el misterioso y no quiere hablar.

Por otro lado, Gansert, al no conseguir el permiso oficial para exhumar el cadáver de Farnell y poder verificar si ha sido asesinado o no, decide hacerlo él por su cuenta una noche. Por la ausencia de determinadas marcas en su cuerpo, Gansert descubre que el cuerpo no es el de Farnell, y sospecha que debe ser el del verdadero Schreuder, con el que Farnell ha cambiado su identidad.

En este punto de la trama, ya vemos que Gansert es tan egoísta e interesado como cualquiera de los otros personajes, y realmente no nos ponemos de su parte en su búsqueda. Esta impresión se refuerza más adelante: todo lo hace por el dinero, mientras que Sunde o Jill lo hacen por motivos más emocionales.

Finalmente, Sunde confirma todas las sospechas de Gansert, y confiesa que tanto él como su socio buzo lucharon junto a Farnell durante la guerra y al recogerlo del agua lo reconocieron y decidieron ayudarlo a escapar.

Farnell ha huido hacia el Jokulen (sin que acabe por explicarse por qué motivo concreto), perseguido por Lovaas, y ahora Gansert y Sunde van detrás, mientras todos los demás siguen otra ruta que lleva al ferrocarril de Finse, que está en la bajada del Jokulen.

El larguísimo ascenso de horas por las montañas es la escena "marca de la casa" de de nuestro autor, con su realismo en la descripción del esfuerzo a realizar y la lucha contra el cansancio.

Se añade una escena "de pistolas" cuando uno de los hombres de Lovaas es dejado atrás para que intente matarlos en una cabaña. Sunde es herido y Gansert debe seguir solo. Cuando por fin localiza a Farnell y Lovaas, los pierde en una nevada y debe volver a refugiarse en otra cabaña. Allí van apareciendo Jill, Lovaas, Dahler, Jorgensen y finalmente Farnell, que los encañona a todos. Está resentido con todos ellos y no atiende a ninguna de las ofertas comerciales por la mina que le hacen Gansert y Jorgensen.

Aquí se revela que la lata de carne de ballena la envió Farnell a Jill (que resulta ser su esposa, a la que luego abandonó por el torio), pero el destinatario se borró con la grasa de la carne, y fue a parar a manos de los jefes de Gansert.

Farnell huye otra vez, salta sobre el techo del tren en marcha, pero falla y se mata. Dahler les había ido siguiendo y se mata también al caer a la vía. Farnell confiesa que la mina está en el Jokulen (algo que, en general, ya se había dado por supuesto; lo que se supone que faltaba era la localización exacta, que ahora no se da) y con tan pocos datos se cuenta que Gansert y Jill están ahora dedicados a ponerla en marcha.

Una vez más queda en suspenso la historia de amor, pues se dice que Gansert se enamora de Jill, pero no queda claro si ella le corresponde.

Quedan sin explicar las motivaciones de Dahler, y por qué hace una serie de cosas misteriosas y por qué manipula a la gente en ciertas ocasiones.

  

INFIERNO BLANCO (The white South, 1949)

Editorial Éxito (Mayo 1951), tapa dura con sobrecubierta (que no tengo, la imagen superior la he sacado de Internet)

Ambientada entre los témpanos flotantes del Mar de Weddell, en el Océano Antártico.

Duncan Craig ha sido capitán de corbeta durante la Segunda Guerra Mundial. Su actual empleo de oficinista no le satisface y decide probar fortuna en Ciudad del Cabo. Durante el largo viaje en avión conoce al dueño de la ballenera, el Coronel Bland, y a su nuera Judie, casada con Erik Bland y también hija del jefe de la expedición ballenera, el noruego Bernt Nordahl. Entre Erik Bland y Nordahl hay un conflicto y se acusan uno a otro de traición a la compañía. Craig intima con Judie, que le cuenta que Erik es una mala persona y colaboró con los nazis durante la invasión de Noruega.

Al llegar a destino, Craig no consigue encontrar trabajo, pero, inesperadamente, el Coronel le ofrece el mando de un remolcador, que se ha quedado sin capitán, para que les lleve inmediatamente a reunirse con la flota ballenera, donde ha tenido lugar una tragedia: Nordahl se ha caído por la borda y los marineros, todos noruegos, le echan la culpa a Erik.

La investigación que sigue es un tanto farragosa y de poco interés: Erik y Nordahl tuvieron una discusión la noche de la desaparición; Erik sostiene que Nordahl se suicidó porque había invertido sus acciones de la Ballenera en una mina de oro que resultó ser un fraude; en cambio, el doctor Walter Howe, un hijo ilegítimo de Nordahl, revela que Nordahl descubrió a tiempo todo el timo de la mina, vendió todas sus acciones a tiempo, se hizo rico y con el dinero compró más acciones de su Ballenera, con lo cual es ahora el socio mayoritario, y su teoría es que fue Erik quien aconsejó a Nordahl que invirtiera en la mina, para hundirlo, y al enterarse de la verdad, de rabia, lo empujó por la borda.

En principio se decide que Nordahl se suicidó, pero se dejará todo en manos de la policía a la vuelta, y se continúa con la pesca. A Craig se le asigna el mando de uno de los balleneros, con Gerda Petersen de piloto, y la flota se encamina al Mar de Weddell.

Erik se encara con Craig y le pide que guarde silencio sobre sus sospechas sobre la verdadera causa de la desaparición de Nordahl, y a cambio él le promete divorciarse de Judie, pues sabe que Craig está enamorado de ella. Reconoce que tuvo una bronca y un forcejeo con Nordahl, y éste se cayó por la borda. (De nuevo tenemos el "misterio" resuelto a mitad de la novela, y resuelto acorde con las sospechas que ya se habían ido insinuando al principio.)

La segunda mitad de la novela es una aventura de supervivencia. El barco de Judie choca con un iceberg. Cuando Craig va en su ayuda, su barco es embestido aposta por el de Erik, y se hunden ambos. El Southern Cross, el barco de mayor tonelaje, va en su ayuda y se hunde también. Los supervivientes se van trasladando de témpano a témpano, con Erik definitivamente como villano oficial de la trama, decidido a salvarse él solo, y abandonar a los demás, para que nadie pueda testificar contra él, no sólo sobre lo de Nordahl, sino sobre lo del hundimiento.

La lucha contra la naturaleza adversa es detallada con el realismo habitual de nuestro autor: la poca comida, el esfuerzo que supone desplazarse sobre el hielo o sobre la nieve, el frío, la luz cegadora que rebota en la nieve, las tormentas y las nevadas que les impiden hacer nada, etc.

Tras diversas penalidades causadas por el mal tiempo y la escasez de alimentos, Erik y Gerda mueren, pero una parte de los supervivientes consiguen salir a mar abierto en algunos botes, llegar a Georgia del Sur y guiar a los barcos de rescate hasta el campamento base.

Craig y Judie se casan y él pasa a ser capitán de otro ballenero.

Lo más destacable de la novela es, como siempre, su ambientación. Lo peor, que su protagonista, Duncan Craig, se va haciendo cada vez más antipático. Durante el viaje en avión, por ejemplo, no tiene reparo en escuchar a escondidas las conversaciones del Coronel, para enterarse de lo que pasa. Cuando describe a Judie, le pone como "defecto" que no es particularmente guapa, y de Gerda Petersen, aunque la presenta como una eficaz piloto, se resalta, también como grave "defecto", que es gordita y no es guapa. Luego, como patrón de su barco, será brusco con sus subordinados, aunque no tenga razón.

En 1953 se convirtió en película, "Infierno bajo cero" (Hell below zero), dirigida por Mark Robson. Hace tiempo que no la he visto, pero creo recordar que la trama es la misma, pero tratada con un tono más ligero y menos sombrío. La segunda mitad de la novela, con el naufragio en los hielos, se transforma, básicamente, en unas pocas escenas de acción convencionales, con el héroe y el villano disparándose entre sí.

  

LA MONTAÑA FURIOSA (The angry mountain, 1950)

Editorial Molino, Colección Biblioteca Oro de Bolsillo nº 58 (sin año)

Ilustración de portada sin acreditar

Una (inverosímil y embrollada) historia de espionaje ambientada en Checoslovaquia, Milán y Nápoles.

Dick Farrell, ex-piloto de caza durante la Segunda Guerra Mundial, en la que perdió una pierna, es ahora representante de una empresa de maquinaria y visita una fábrica en Pilsen, Checoslovaquia, dirigida por Jan Tucek, compañero suyo durante la guerra. Al día siguiente, Farrell descubre que Tucek fue a visitarle la noche anterior a su hotel, pero no le despertó, y ahora parece que ha sido detenido por el gobierno.

Farrell se encuentra también con otro compañero de la guerra, John Maxwell, que trabaja como agente secreto, y le dice que Tucek no ha sido detenido sino que Maxwell ha arreglado su fuga.

La historia de Farrell durante la guerra es bastante enrevesada. En una de sus misiones, Farrell lanza en paracaídas sobre Italia a Alec Reece y a Walter Shirer, pero luego es derribado y capturado. Farrell es torturado por el sádico doctor Giovanni Sansevino, que le corta su pierna herida varias veces, sin anestesia, hasta que confiesa, y Reece y Shirer son capturados. Reece nunca se lo perdona y consigue que su hermana Alice rompa su compromiso con Farrell. Luego, cerca del final de la guerra, y por motivos poco verosímiles, Sansevino ayuda a escapar a Reece y Shirer, pero mueren durante la fuga.

Ahora Maxwell le dice a Farrell que tanto Reece como Shirer siguen vivos, y le encarga a Farrell que, cuando vuelva a Milán en avión, le cuente lo sucedido a Reece, que trabaja con Maxwell como agente. Farrell así lo hace, pero Reece le sigue odiando, igual que Alice, que, oh casualidad, también está en Milán. Farrell, a pesar de todo, intenta reconciliarse con ella.

Este Farrell, todo sea dicho, es un cobarde de cuidado, no tiene amor propio, y es demasiado aficionado al alcohol. Es todavía más antipático que el Craig de "Infierno blanco". Es colérico, irrazonable, mentiroso, desconfía de todos, no hace caso de los buenos consejos, es injusto con los demás, y no intenta nunca hacer lo correcto sino tan sólo evitarse molestias.

Resulta que Tucek ha desaparecido, su avión aterrizó pero luego despegó otra vez. Farrell descubre que Tucek le iba a confiar unos documentos al empresario italiano Riccardo Sismondi, con las indicaciones para construir una nueva fábrica en Milán. A Farrell se le ocurre que Tucek pudo haber escondido algo en su equipaje, aquella noche en el hotel, pero no encuentra nada.

Farrell conoce también a la Condesa Zina Valle, que es melosa con él, a pesar de estar casada, y se reencuentra con Walter Shirer, del que enseguida sospecha, por ciertos gestos suyos, que es en realidad el doctor Sansevino, del que al principio se mencionó que guardaba cierto parecido físico con Shirer. Este descubrimiento y el recuerdo de las torturas, trastornan tanto a Farrell que su vecino de habitación de hotel, Hacket, le convence para que se vaya con él a Nápoles, a descansar unos días.

En Milán reaparece Maxwell, acompañado ahora de Hilda, la hija de Tucek. Maxwell le advierta a Farrell que Zina colaboró durante la guerra con los nazis. Ella no lo niega, pero se justifica porque la obligaron a hacerlo, para proteger a su familia. Luego se descubre que Sansevino la convirtió en drogadicta durante la guerra y ahora es quien le suministra la droga y por eso ella ha atraído a Farrell a la casa de Shirer/Sansevino, para atraparle. Pero en el fondo es buena y luego le ayuda a escapar.

A estas alturas está claro que no hay un objetivo que haga avanzar la trama: se trata tan sólo de Farrell conociendo gente, sospechando de todos y huyendo de sus problemas.

De una forma un tanto improbable, acaban por reunirse en la villa de Sansevino en Nápoles todos los personajes (igual que ocurría en "El esquiador solitario"). Entonces el volcán del Monte Vesubio entra en erupción y lo que sigue son las peripecias (poco interesantes) de los personajes intentando huir, al tiempo que desconfían unos de otros: primero es la ceniza que cae la que les impide salir, y cuando para, es la lava la que les corta el paso. (Esta sería la escena de "hombre contra la naturaleza", si no fuera porque se centra más en las rivalidades de los personajes.)

Farrell descubre que Tucek escondió joyas y documentos ¡en su pierna ortopédica!, sin que se aclare cómo es físicamente posible tal cosa.

Finalmente, consiguen escapar todos en avión, menos Sansevino, que muere... ¡coceado por una mula!

Farrell se ha enamorado de Hilda y ésta, no se sabe por qué razón, le corresponde.

Como nota histórica, hay que reseñar que la última erupción del Vesubio fue en 1944 y que, según parece, el propio autor fue testigo personal.

 

PUENTE AÉREO (Air bridge, 1951)

Editorial Molino, Colección Biblioteca Oro nº 306 (Octubre 1953)

Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet

10 ilustraciones interiores de Pablo Ramírez

No se dan fechas pero se deduce que la acción debe transcurrir en 1948-49, durante el Berlin Airlift, o puente aéreo organizado por Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados para burlar el bloqueo de Berlín impuesto por la Unión Soviética.

Neil Fraser, de nuevo un ex-piloto de la Segunda Guerra Mundial, se convierte en un fugitivo de la policía tras haberse enredado, sin saberlo, en una trama sionista de exportación/robo de aviones a Palestina. Se esconde en el aeródromo de Membury, Inglaterra, donde Bill Saeton, a cambio de no denunciarlo, y al saber que Fraser fue también ingeniero, le propone que le ayude en su tarea: ha conseguido, se supone que robándolo en Alemania, el diseño de un nuevo motor de avión que consume menos gasolina, y necesita ayuda para terminar su construcción. Su intención es unirse al Puente Aéreo de Berlín.

Entusiasmado por el proyecto, Fraser se une a Saeton y a su socio Tubby Carter, cuya esposa, Diana, está enamorada también de Saeton.

Por allí ronda también Elsa, la hija del inventor del motor, quien fue acusado, injustamente, de estar envuelto en el complot para asesinar a Hitler, ejecutado, antes de poder construir un prototipo. Cuando Saeton se hizo con el diseño y lo modificó, Elsa le siguió a Inglaterra, para defender la memoria de su padre y seguir la pista del motor. (Todo esto no se explica hasta más adelante; al principio de la historia, Elsa es un personaje del que poco se sabe.)

Los tres socios consiguen terminar el motor en el plazo previsto, pero en el vuelo de prueba falla el tren de aterrizaje y el avión se destroza. Necesitado de ganarse la vida, Tubby se va a otra compañía del Airlift. Entonces Saeton le propone a Fraser que éste se vaya también con Tubby, con la intención de robar uno de los aviones en pleno vuelo y traerlo a Inglaterra, para sustituir al que perdieron.

El vuelo parte de Wunstorf, Alemania, con destino al aeropuerto de Gatow, en la zona británica de Berlín. Fraser simula una avería en el motor y ordena a su tripulación que salte en paracaídas. Pero Tubby (que desconoce los planes de Fraser) se niega, y, al enterarse de la verdad, se pelea con Fraser y se cae al vacío, sobre la zona oriental.

Fraser lleva el avión a Membury, pero su idea es volver cuanto antes para averiguar qué ha sido de Tubby. Saeton monta sus motores en el nuevo aparato y se une al Airlift. Fraser vuelve al lugar del incidente, y consigue localizar a Tubby, que logró abrir su paracaídas y fue recogido por unos granjeros alemanes, aunque está muy malherido. Fraser vuelve a Berlín e intenta convencer a sus compañeros de que salga un avión a recoger a Tubby. Las autoridades no le creen, pues los rusos han difundido una falsa historia sobre el incidente, y Saeton no quiere ir, pues eso supondría que toda la trama quedaría al descubierto. Fraser se escapa, busca la ayuda de Elsa (que se había traslado antes a Alemania, por cuestiones de su permiso de residencia) y ella le ayuda porque eso perjudicaría a Saeton. Viajan en camión hasta la granja, pero Saeton se les ha adelantado y asesina a Tubby. Fraser pelea con él y le hiere. Vuelven todos a Berlín con el avión de Saeton y el cadáver de Tubby, pero mientras Fraser cuenta su historia a las autoridades, Saeton se escapa en su avión y lo hunde a propósito en el Mar del Norte.

Las cosas al final se resuelven bien para Fraser, a pesar del robo del avión y de su historial anterior con los sionistas, porque Elsa ha contactado con una compañía alemana para desarrollar por su cuenta el motor, junto con las autoridades del Airlift, y le piden a Fraser que se una, al ser el único que queda con vida de los tres que construyeron los motores. Se entiende también que su accidentada relación amorosa con Elsa llegará a buen término.

La particularidad de esta novela, con respecto a las anteriores de su autor, es que sus personajes no dudan en cometer delitos para conseguir sus fines. Saeton usa cualquier método con tal de conseguir sus objetivos, mientras que Fraser, a última hora, lo arriesga todo con tal de salvar a su compañero Tubby.

La narrativa es vigorosa y las peripecias de la trama son bastante más creíbles que en las novelas anteriores. 

 

EL REINO DE CAMPBELL (Campbell's kingdom, 1952)

Editorial Éxito (Enero 1953), tapa dura con sobrecubierta (que no tengo, la imagen superior la he sacado de Internet). (La portada no refleja en absoluto el ambiente de la novela y parece sugerir que se trata de una del Oeste.)

Bruce Wetherhal, de 36 años, veterano de la Segunda Guerra Mundial, hereda de su abuelo Stuart Campbell una compañía petrolífera en las Montañas Rocosas del Canadá, en el Valle de Turner, y una carta, en la que se le ruega que continúe con la fallida tarea de encontrar petróleo en sus terrenos, conocidos como "el Reino de Campbell". A Bruce le quedan pocos meses de vida por un cáncer de estómago, y apenas conoció a su abuelo, pero rechaza la oferta de compra que le hace la compañía que está construyendo una central hidroeléctrica anexa al "reino", porque decide darle algún sentido al poco tiempo que le queda, intentando cumplir la voluntad del difunto.

En el pueblo de Come Lucky, a los pies del "reino", Bruce conoce al resto de personajes de la historia:

- Boy Bladen, que fue el encargado de elaborar para Campbell un informe técnico del subsuelo, que dictaminara si hay posibilidades de encontrar petróleo.

- Eleanor Brand, que vivió con Campbell sus últimos años (aunque no queda clara la relación que pudo tener con él) y ahora ayuda a Bruce, del que se enamora.

- Peter Trevedian es el villano de la función, constructor de la presa, y encargado de falsificar el informe favorable de Bladen por otro negativo, que, supuestamente, acelera la muerte del viejo Campbell por la decepción que le causa.

Bladen, al descubrir la manipulación de su informe, decide asociarse con Bruce y conseguir la financiación que les permita iniciar las exploraciones. Se les une Garry Keogh, el técnico encargado de perforar los pozos. Se inicia una carrera contra reloj para ver si consiguen excavar un pozo antes de que Trevedian termine su presa y les inunde el terreno.

Para amenizar la trama, el autor nos regala un par de escenas de acción. En la primera de ellas, Bruce tiene que ingeniárselas para poder trasladar los camiones de material hasta lo alto de la montaña donde está el "reino". El único medio de transporte es el funicular que Trevedian ha construido para su presa, pero, como Trevedian no le autoriza el paso, Bruce vuela con dinamita un farallón, que se derrumba sobre el camino, lo que distrae a los vigilantes y le permite usar el funicular sin ser visto.

La segunda escena de acción es la del final, aunque, por desgracia, es bastante boba, en el peor estilo del peor cine de Hollywood. Aunque Bruce y sus socios consiguen encontrar petróleo, Trevedian termina antes la presa y empieza a inundar el "reino". Todo parece perdido cuando, inesperadamente, la presa empieza a agrietarse, por la mala calidad de los materiales usados. Como no hay manera de avisar a los obreros que están en la central eléctrica, Bruce se desliza pendiente abajo en el elevador, arriesgándose a estrellarse. Los obreros no le hacen caso pero les convence a punta de pistola, y evacúan la zona antes de que la presa se desmorone por completo. 

Curándose en el hospital de sus heridas, a Bruce le dicen que su cáncer ha remitido, y acepta por fin el amor de Eleanor.

Igual que con su anterior novela, "Puente aéreo", nuestro autor maneja la trama con interés, a pesar de su irregularidad. Para mi gusto, su defecto más grave es uno compartido con "Infierno blanco" y "La montaña furiosa": su protagonista, en lugar de reconocer sus errores, es bastante dado a estallidos de cólera dirigidos contra la gente que trata de ayudarle.

"El reino de Campbell" fue adaptada al cine por Ralph Thomas, como "La dinastía del petróleo" (Campbell's kingdom, 1957). Hammond Innes debió de colaborar de algún modo en el guión, porque hay un crédito que dice: "adaptada para la pantalla con la colaboración de su autor" (signifique eso lo que signifique).

El desarrollo de la trama es casi idéntico. Los mayores cambios tienen lugar al principio, porque la primera escena muestra a Boy Bladen descubriendo el cadáver de Campbell, y a Bruce se le ve por primera vez cuando llega al pueblo de Come Lucky. Lo de su enfermedad no se revela hasta más tarde, con lo cual sus motivaciones para hacer lo que hace no quedan bien establecidas. Un Dirk Bogarde totalmente inadecuado para el papel no ayuda a mejorar las cosas.

Como curiosidad, a varios personajes se les cambia el nombre. Bruce Wetherhal pasa a llamarse Bruce Campbell. Peter Trevedian pasa a ser Owen Morgan. Eleanor Brand pasa a ser Jean Lucas, y Garry Keogh pasa a ser James MacDonald. Boy Bladen es de los pocos que conservan su nombre, pero, a cambio, se altera su personalidad: ahora está enamorado de Eleanor/Jean sin que ella le corresponda, y si ayuda a Bruce es porque que Trevedian/Morgan le quemó un camión y quiere vengarse de él.

Hay pequeñas modificaciones en las escenas de acción, que, la verdad, no sirven para mejorar el producto final, que se queda por debajo de la novela. 

 

EL BARCO SIN PUERTO (The "Mary Deare", 1956)

Editorial Éxito (1957), tapa dura

Ilustración de portada sin acreditar (firma ilegible). (Una vez más, se trata de una ilustración que no refleja adecuadamente el argumento.)

Esta es sin duda alguna la obra maestra de Hammond Innes, y también una gran novela en sí misma.

Curiosamente, y por primera vez, el autor rompe dos de sus rasgos de estilo: no hay ninguna referencia a la Segunda Guerra Mundial, y su narrador (John Sands) no es el auténtico protagonista de la historia.

Navegando por el Canal de la Mancha con mal tiempo, el velero de John Sands y su socio Mike, el Bruja del Mar, dedicado a buceo y salvamento, se cruza con un carguero a la deriva, el Mary Deare. Cuando Sands lo aborda, se encuentra con un único tripulante, el Primer Oficial Gideon Patch. La nave se está hundiendo lentamente por una brecha de agua, pero entre los dos consiguen poner en marcha los motores. El comportamiento de Patch es un tanto misterioso pero Sands sigue sus órdenes a regañadientes, y embarrancan la nave en los Minquiers (un banco de isletas y arrecifes frente a la costa de Francia), y se ponen a salvo en un chinchorro de goma.

Estas primeras 76 páginas (de un total de 296) son una sensacional y apasionante secuencia de esfuerzo, sudor y lucha contra la potencia del mar y de la borrasca, y contra el cansancio.

Posteriormente, Patch le cuenta a Sands que los motores que avión que transportaban a Europa fueron transferidos en secreto en Rangún a otro barco de la misma compañía, para vendérselos a los chinos, y que el armador Dellimare intentó sobornar a Patch para que accediera a hundir el barco y ocultar así el engaño. Luego de que Patch se negara, hubo una serie de sabotajes (incendio en la cabina de radio, una vía de agua provocada por una explosión, etc.), aparte del hecho de que murieran tanto el Capitán Taggart, por enfermedad, como Dellimare, al caerse por la borda. Finalmente, cuando el Mary Deare empieza a hacer aguas, la tripulación (con el agitador Higgins al frente) obedece una falsa orden y abandona el barco, siendo Patch el único que se queda para intentar salvarlo.

Patch le pide a Sands que oculte el destino actual del barco porque antes quiere volver a bordo para sacar fotografías, aunque Sands sospecha que hay otra razón.

En el juicio para esclarecer lo sucedido al Mary Deare, ambos evitan mencionar el destino final del barco, aunque resulta raro que nadie les pregunte directamente por ese tema. Aunque todos den por hecho que el barco se hundió en paradero ilocalizable, lo lógico sería preguntar por lo que pasó esos últimos momentos.

Janet, la hija del difunto Capitán Taggart, se niega a creer la declaración de Patch de que fue la bebida la causa de su muerte. Esto afecta a Patch porque está enamorado de ella, sin haberla conocido, sólo por la foto que tenía el capitán en su camarote y las historias que éste contaba sobre su hija. (Este romance es un tanto inverosímil: que se enamore por una foto me lo creo, pero habría que narrar esas escenas en detalle, para que esa situación cale bien en el lector.)

Cuando el Mary Deare es descubierto, una compañía francesa se encarga de su salvamento. Al día siguiente Patch no comparece en el juicio, y éste es postpuesto hasta que la policía lo localice.

Patch acude a Sands y le cuenta que, al oír la noticia del salvamento, ha intentado localizar a uno de los marineros, sabiendo que estaría borracho y sería fácil sonsacarle la verdad: los del salvamento son parte de la misma empresa de Dellimare y a Higgins y a su jefe Gundersen les será fácil subir a bordo cuando lo remolquen a puerto y abrir los espiches para que se hunda en aguas profundas.

Patch le pide a Sands que lo lleve al barco cuanto antes, y le confiesa que el armador Dellimare no se cayó por la borda. Cuando Patch descubrió, después de haber empezado los sabotajes, que Dellimare estaba haciendo algo raro en la bodega, le golpeó con furia y éste murió al caer contra unos hierros.

Cuando salen de puerto una embarcación les sigue, con Higgins al mando. El desenlace de la trama es una larga persecución en el mar, que empieza de noche y se prolonga hasta el día siguiente, sin que consigan despistar a Higgins. Ambas embarcaciones acaban por chocar entre sí y se hunden. Patch y Sands siguen adelante en un bote, con Higgins detrás. (La parte turbia es que Patch se niega a recoger a un marinero de Higgins caído al mar, diciendo que ya lo hará Higgins, pero como éste no lo hace, se supone que el marinero se ahogará, aunque este tema queda sin aclarar.) Cuando llegan a los arrecifes, tienen que seguir a pie, hasta alcanzar el Mary Deare.

Los de salvamento han cerrado las vías de agua, pero han tenido que abandonado porque se avecina una tormenta. Sands intenta avisar a Higgins para que suba a bordo, pero el oleaje se lo impide y Higgins queda a la deriva y unas olas se lo llevan. La marea pone el barco a la deriva pero la tormenta acaba por partirlo. Cuando llega un barco de remolque, queda intacta la bodega de proa para demostrar que no hay ningún motor en las cajas almacenadas. Patch es absuelto.

Sands y Janet convencen a Patch de que no mencione la muerte accidental de Dellimare.

Patch se casa con Janet, aunque el enamoramiento de ésta no resulta muy convincente.

"El barco sin puerto" también fue adaptada al cine, en "El misterio del barco perdido" (The wreck of the Mary Deare, 1959), escrita por Eric Ambler y dirigida por Michael Anderson, la primera y única vez en que una película basada en Hammond Innes está a la altura de su original literario. De hecho, mi primer contacto con el autor, y mi posterior interés en su obra, surgió con esta espléndida película.

Los 40 primeros (y extraordinarios) minutos de su metraje, de un total de 100, se dedican a la secuencia del naufragio del Mary Deare, siguiendo la novela casi al pie de la letra. 40 minutos en los que Gary Cooper (como Patch) y Charlton Heston (como Sands) se enfrentan a la tormenta y al cansancio, filmados con lúgubre belleza por la cámara de Joseph Ruttenberg. Hoy en día esta escena se haría de forma muy diferente: en lugar de perder tiempo durante el rodaje creando el adecuado contraste entre las partes oscuras del plano y las que interesa iluminar/resaltar, lo más fácil es oscurecerlo todo por igual con la corrección digital del color, que se hace durante la post-producción.

En la parte media del metraje se llevan a cabo algunos cambios en la historia, como que ya no hay romance entre Patch y Janet, y que ésta no se muestra demasiado afectada por la muerte de su padre, porque tenía poco trato con él. A Janet se la usa más bien para que le facilite a Patch las cartas que le escribió su padre desde el Mary Deare, que son las que revelan la venta de los motores en Rangún.

Ahora ya no es al armador Dellimare a quien ha matado Patch, sino al capitán Taggart, aunque sea en una situación similar.

La parte del juicio es un tanto absurda, ya que Patch se comporta como un chalado impaciente, perdiendo la calma a cada momento, en lugar de esperar a su turno para hacer su declaración.

Sin embargo, la principal desviación, para peor, sobre la novela, ocurre en la secuencia final. La larga persecución hasta alcanzar el Mary Deare desaparece por completo, y es reemplazada por una convencional (aunque bien filmada) escena cinematográfica de acción: Patch y Sands se cuelan buceando en el interior del Mary Deare; descubren que las cajas almacenadas en la bodega tienen piedras en lugar de motores; Higgins le clava un hierro a Sands en el hombro (lo que no impide que Sands bucee y mueva el brazo con normalidad, por cierto) pero es finalmente reducido y el barco queda a salvo. Es decir, que la película se abre con una enérgica escena de acción pero se cierra con otra mucho menos original.

Por cierto, que el proyecto estuvo un tiempo en manos del director Alfred Hitchcock y del guionista Ernest Lehman, que, afortunadamente, se aburrieron pronto del tema y decidieron dedicarse en cambio a preparar "Con la muerte en los talones" (North by Northwest, 1959). Y digo afortunadamente porque Hitchcock seguro que hubiera hecho una película interesante, como la mayoría de la suyas, pero muy alejada argumentalmente de la novela, que tan poco tiene en común con sus temáticas habituales.

  

LA TIERRA DE CAÍN (The land God gave to Cain, 1958)

Editorial de Ediciones Selectas (1959, Argentina), tapa dura con sobrecubierta (que no tengo, la imagen superior la he sacado de Internet)

Localizada en los paisajes nevados de la Península del Labrador (en el Noreste de Canadá).

El padre de Ian Ferguson fue operador de radio en un bombardero durante la Segunda Guerra Mundial, pero quedó paralítico y dedica sus últimos años a una estación de radio aficionado. La recepción de un mensaje desde una expedición geológica dirigida por un tal Briffe en el Labrador le causa tal excitación que muere de un ataque.

Cuando Ian Ferguson, ingeniero de 23 años, notifica el hecho a la policía, estos le dicen que el piloto Bert Laroche es el único superviviente de dicha expedición, y que Briffe ya había muerto para cuando se recibió el mensaje.

Ferguson, convencido de que los registros de su padre son fiables, se marcha al Canadá para hablar con Simon Ledder, el radioaficionado canadiense que contactaba habitualmente con su padre. Por Ledder descubre, para su sorpresa, que su abuelo James Finlay Ferguson murió en una expedición en busca de oro en 1900, de ahí el interés del padre en la zona. A Ledder le convence la declaración de Ferguson y consigue que el presidente de la Iron Ore Company of Canada, que está tendiendo una línea de ferrocarril en la zona, y para quien trabajaba Briffe, le invite a hablar con él en la ciudad de Seven Islands.

Allí Ferguson escucha la declaración de Laroche: el hidroavión de la expedición se estrelló en un lago perdido, Briffe quedó herido y, cuando murió, Laroche se puso en marcha y logró alcanzar la civilización. Ferguson se da cuenta que se trata del Lago del León, del que ya hablaba su padre, y donde murió su abuelo.

Ferguson conoce a Paule, la hija de Briffe y además prometida de Laroche. Nadie le cree y le convencen para que se vuelva a Inglaterra. Pero en el último momento, en lugar de subir a su avión, se cuela en otro que va al interior, haciéndose pasar por un ingeniero de reemplazo.

Como siempre en nuestro autor, hay un misterio (pero no demasiado seductor, la verdad): No sabemos por qué el padre de Ferguson se alteró tanto por la noticia, ni qué pasó realmente en la expedición del abuelo.

Ferguson decide hablar con Darcy, el obrero que primero encontró al superviviente Laroche, pero antes tiene que esquivar a todos los que tratan de detenerlo. Tras una serie de persecuciones, consigue localizar a Darcy, quien se cree su versión. Cuando finalmente le alcanzan, el grupo de Paule, Laroche y Bill Lands decide que, ya que Ferguson ha llegado tan lejos y ha causado tanta conmoción, más vale que hagan una nueva expedición, a ver si consiguen localizar el lugar del accidente.

Cuando se revela por fin que al abuelo de Ferguson lo mató el guía de su expedición, que resulta ser el abuelo de Laroche, las sospechas crecen en torno a Laroche, porque parece que hace todo lo posible por impedir que la expedición llegue a su destino, igual que antes trató de impedir que Ferguson siguiera investigando.

Cuando llegan al lago, tras penoso viaje a pie, descubren el cuerpo de Briffe junto a la radio, y el avión estrellado pero no hundido. Como está claro que Laroche mintió, Paule, fuera de sí, y creyendo que él mató a su padre, lo apuñala. Pero Ferguson descubre bolsas con pepitas de oro, y el cadáver del tercer expedicionario, Baird, y comprende lo que pasó en realidad: la expedición descubrió oro, Briffe se volvió avaricioso y mató a Baird, y Laroche huyó para salvar la vida. De vuelta a la civilización, Laroche mintió para evitar que Paule supiera que su padre se volvió un asesino.

Darcy y Ferguson parten de vuelta, dejando a Paule con el herido Laroche. Cuando llegan a duras penas a la civilización tras varios días, resulta que a los otros dos ya los han rescatado, con un avión enviado por la compañía al ver que tardaban (lo cual contradice un poco el hecho de que, hasta entonces, fuera tan difícil localizar el dichoso lago).

Ferguson accede a seguir manteniendo oculta la verdad. Paule y el recuperado Laroche se casan.

La bajada de calidad de esta novela con respecto a la previa "El barco sin puerto" es bastante notable. La trama es retorcida, la revelación de sus misterios nos impresiona más bien poco y el brusco cambio que sufre Laroche no está bien equilibrado: primero es el típico personaje antipático y sin matices, y luego es el héroe secreto de la historia, sin que sintamos mucha simpatía por él en ningún momento.

 

EL OASIS CONDENADO (The doomed oasis, 1960)

Plaza & Janés (1961)

Ilustración de portada de Rafael Cortiella

Localizada en dos estados árabes imaginarios: Saraifa y el Emirato de Haad.

Al igual que en "El barco sin puerto", el narrador en primera persona, el abogado George Grant, no es el auténtico protagonista de la historia, sino un testigo privilegiado.

Como novedad tenemos que el misterio se plantea ya desde el principio, con el inicio de un juicio, que lleva a que el protagonista retroceda en el tiempo para contar los antecedentes.

En Cardiff, George Grant es requerido a la casa de los Thomas, donde ha tenido lugar una tragedia: el hijo David (de naturaleza violenta, propenso a los ataques de ira y criado entre las pandillas de los muelles) se ha peleado con su padre (alcohólico y que a veces pegaba a su mujer) y de la paliza que le da acaba por causarle la muerte. El motivo fue que David acaba de descubrir que él y su hermana gemela Susan son adoptados y que su verdadero padre es el Coronel Charles Whitaker, residente en el protectorado británico de Bahréin y convertido al islamismo.

David escapa de la policía y le pide ayuda a Grant para poder reunirse con Whitaker, a quien tal vez quiera matar. A pesar de esta declaración, y del historial violento del chico, Grant le ayuda a colarse en un carguero con destino al Golfo Pérsico (sin que se nos haya ofrecido ninguna razón plausible para un tal acto de compasión mal entendida, tal como yo lo veo).

David es acogido por su padre y trabaja para él durante cuatro años, hasta que un día desaparece misteriosamente en el desierto y se le da por muerto. ¿Qué ha pasado en realidad? Este es el misterio que penderá sobre toda la novela, y que está tan mal trabajado como otras veces.

Grant recibe un paquete de David, enviado al presentir éste su propia muerte. David había estado haciendo prospecciones en busca de petróleo en determinados terrenos de Saraifa, y adjunta la documentación necesaria, esperando que la compañía Fomento Petrolífero del Golfo Pérsico, para la que él trabaja, firme un convenio de explotación con el Jeque Makhmud de Saraifa.

Grant, en calidad de albacea de David, viaja a Bahréin.

Se aclara que los posibles yacimientos están en un terreno que se disputan Saraifa y el Emirato de Hadd, que Whitaker había intentado sin éxito que la compañía investigara, y que es ahora David quien los explora a espaldas de la compañía.

Susan se trasladó a Arabia una vez David fue aceptado por su padre. Grant descubre (tanto para sorpresa suya como del lector) que se ha enamorado de ella, pero, de nuevo, esta relación no tiene ninguna escena romántica que la desarrolle.

La primera escena de acción ocurre cuando Grant y Sir Philip Gorde, un exdirector de la compañía, aterrizan en uno de los posibles yacimientos de David, donde Entwhistle, uno de los empleados de la compañía, está intentando, sin autorización, demostrar que David tenía razón. Pero unos beduinos de Hadd les atacan y tienen que huir a Saraifa.

Igual que ocurría en "La tierra de Caín", el protagonista se pasa la novela desplazándose por el terreno a ciegas, sin una pista concreta, y va conociendo personajes que aportan partes del total de la historia, hasta que al final se juntan todas las piezas. Pero lo grave es que la trama no avanza, son una serie de ires y venires para que cada personaje refuerce la sensación de que hay un misterio oculto detrás de la versión oficial de los hechos.

Grant se entrevista al fin con Whitaker. Se establece que el ansia de David por encontrar petróleo es para que Saraifa tenga dinero con que financiar la reparación de los Falajs, o canales subterráneos de conducción de agua desde las montañas, que son vitales para la supervivencia del país.

La trama se embrolla porque parece que hay una disputa entre David y Whitaker. Éste estaba concentrado en sus perforaciones en el interior de Saraifa, donde no hay petróleo, mientras que David lo hacía en los territorios en litigio de la frontera. Whitaker decide finalmente arrestar a David. Khalid, el hijo del Jeque, y que se ha hecho muy amigo de David en estos cuatro años, le explica a Grant que, para evitar el fin de su proyecto, David y Khalid planean la falsa muerte de aquél, para ver si el revuelo internacional causado por esta tragedia hacía cambiar de opinión a la compañía. A Whitaker sí, por lo menos, porque ahora quiere seguir con las perforaciones iniciadas por David.

Grant se reúne con el "resucitado" David, quien, al ver el fracaso de su plan, decide volver a Saraifa. Pero al llegar descubren que, de forma inesperada, los de Hadd han atacado la ciudad y matado al Jeque y a Khalid. Deseoso de venganza, David y cuatro voluntarios revientan varias fuentes de agua de Hadd y se refugian en un fuerte abandonado que domina la ciudad, y que, por su altura y disposición, es fácilmente defendible por un grupo tan pequeño. (En realidad, es muy poco verosímil que desde un fuerte se tenga en jaque a toda una ciudad, sobre todo porque David sólo dispone de fusiles.)

David le pide a Grant que se vaya para que cuente la historia, a ver si el gobierno británico se decide a intervenir en la zona. A pesar de que la noticia pronto se publica en todo el mundo, y la opinión pública británica está a favor de David, el gobierno no actúa.

El Emir de Hadd hace una oferta para que los británicos saquen a David, sin daño, pero éste no se fía. El Emir entonces obliga a Whitaker a que sea él quien lo saque. Pero en el encuentro Whitaker muere y el Emir acusa a David de ser el responsable. Finalmente el gobierno británico da orden a sus tropas de rescatar a David, pero luego es acusado de asesinato, de ahí el juicio con que se inicia la novela.

Las páginas dedicadas al juicio son pocas y se explican demasiados acontecimientos de forma muy apresurada. David sostiene que su padre fue asesinado por los de Hadd con un disparo de fusil, pero la autopsia revela que murió de un disparo de pistola a bocajarro. Es Gorde quien revela el misterio (de forma muy precipitada) tras haberlo investigado por su cuenta: Whitaker quería unirse a David en el fuerte, no sólo por apoyar su causa, sino también porque el Emir le había amenazado de muerte si fallaba en sacar a David. Pero David, que no sabía nada de estas amenazas, no dejó entrar a su padre para no ponerlo en peligro. Como única solución para ayudar a David, y ya que su vida estaba amenazada igualmente, Whitaker se suicida.

Visto que la sentencia va a ser de culpabilidad, Gorde le hace llegar dinero a David para que soborne a los guardias y se fugue, y luego se lo lleva a Saraifa para que inicie la perforación de los pozos en litigio (sin que ahora los de Hadd pongan ninguna pega). 

Grant y Sue se casan.

Todo acaba bien para todo el mundo, menos para el insatisfecho lector. 

 

LA FURIA DEL ATLÁNTICO (Atlantic fury, 1962)

Luis de Caralt, Colección Gigante (1964)

Ilustración de portada de Vicente Ballestar

Localizada principalmente en la imaginaria isla de Luerg, a 80 millas al oeste de las Islas Hébridas exteriores, al oeste de Escocia, que fue evacuada de civiles, luego convertida en estación de seguimiento de los cohetes experimentales de la isla de Harris, y ahora evacuada de forma definitiva.

Igual que en "El oasis condenado", la narración empieza después de que se haya producido un desastre (en este caso, las víctimas causadas durante el proceso de evacuación), para luego retroceder en el tiempo y explicar el origen de todo.

El protagonista es el pintor Donald Ross, cuyo hermano Iain fue arrestado por deserción durante la guerra (la Segunda Guerra Mundial, por supuesto). El barco que lo llevaba preso a Inglaterra es torpeado en febrero de 1944, causando la muerte de Iain y otros muchos. Ahora aparece un abogado, Ed Lane, que podría conseguir una sustanciosa herencia para su mujer si lograra demostrar que George Braddock, el comandante al cargo de la evacuación de la isla, en realidad murió en el naufragio y es Iain Ross quien ha suplantado su personalidad.

Donald Ross, intrigado por la posibilidad de que Braddock sea su hermano, se dirige a la base de proyectiles de Northon, donde éste se encuentra destinado.

Allí conoce a Marjorie Field, que será el interés romántico de la historia, aunque, como casi siempre en nuestro autor, apenas tienen escenas juntos, y Ross está demasiado distraído con sus problemas como para poner demasiado interés en buscar su compañía.

Nada más ver a Braddock, Ross se da cuenta de que es su hermano.

El grave defecto de la historia es que resulta absurdo creer que Iain se haya pasar por Braddock sin que nadie en el ejército se haya dado cuenta del cambiazo. ¿Es que cuando se reintegra al servicio, ya no coincide nunca con ningún antiguo superior o subordinado?

Ross consigue permiso para viajar a la isla, de la que es originaria su familia, y que siempre quiso visitar. Embarca en un LCT o lancha de desembarco, que es enviada para evacuar a un herido grave. La travesía en la mar revuelta es narrada con detalle y verosimilitud (ya saben, el punto fuerte de su autor). Cuando anclan en la bahía, sobreviene una tempestad. No consiguen escapar a mar abierto y la tormenta los lanza contra las rocas. Ross consigue llegar a la isla pero un grupo de supervivientes queda atrapado en los arrecifes. Un primer intento de mandarles ayuda por avión y helicóptero se salda con un desastre.

Braddock, que fue quien ordenó iniciar la evacuación a pesar de los malos pronósticos meteorológicos, ha sido arrestado por ello por su superior, pero, como éste ha sido una de las víctimas del helicóptero de rescate, es ahora restaurado en su puesto y se hace cargo de las operaciones. En un remolcador consigue rescatar a la mayoría de los supervivientes. Luego intenta esconderse y quedarse solo en la isla (ya se insinuó antes que Braddock había demostrado gran interés en los últimos tiempos en visitar la isla) pero no lo consigue.

Finalizada la operación, se le abre consejo de guerra a Braddock por el asunto de su arresto previo. Durante el juicio se muestra nervioso y se le acaba por declarar una depresión y pérdida de memoria. Se le interna en un hospital, lo que aprovecha para fugarse.

Donald sospecha que todo es un truco para volver a Laerg, y hacia allá se dirige él también.

Marjorie le ayuda pero sus escenas tienen poco calado sentimental y al final no se menciona en qué acaba su relación.

Tras un largo viaje en lancha, Ross se reúne con Iain en la isla y se descubre el misterio. No se trata de que Iain asesinara a Braddock para ocupar su lugar. En realidad, Braddock sobrevivió al naufragio, pero quedó muy mal herido. Iain le cuidó en lo que pudo y Braddock en agradecimiento le regaló sus efectos personales y le contó detalles de su vida, para facilitarle el cambio de personalidad. El secreto es que los dos supervivientes, para poder sobrevivir hasta que fueran rescatados en Laerg, tuvieron que comerse el cadáver de uno de sus compañeros. Y esto es lo que le remordido la conciencia a Iain todo este tiempo.

Ahora consigue por fin destruir los restos de huesos y luego se tira de lo alto de un acantilado.

Lo raro es que en el último párrafo se insinúa que, a lo mejor, se fugó con un pesquero espía soviético que llegó a la isla para ver lo que se podían llevar de los restos de la base. No sé si se trata de un giro absurdo de la trama, de una mala traducción, o de que falta alguna parte del texto, porque hay otros pasajes anteriores de la novela que también resultan un poco raros.

En cualquier caso, para ser la última novela que he leído de Hammond Innes, coinciden en ella su principal defecto (una trama inverosímil) y su mayor virtud (una descripción realista y absorbente de la indefensión del ser humano frente a la furia desatada de los elementos atmosféricos).

Después de esta novela de 1962, publicada en España en 1964, el autor escribió otras doce más, hasta 1996, pero aquí sólo pudimos leer una recopilación de artículos de viajes titulada "Al final de la jornada" (Harvest of journeys, 1960) y el ensayo "Los conquistadores españoles" (The conquistadors, 1969). La segunda etapa de su obra literaria se la tragó el océano de la indiferencia editorial española. 

BIBLIOGRAFÍA:

- 1937.  The doppelganger

- 1937.  Air disaster

- 1938.  Sabotage broadcast

- 1939.  All roads lead to Friday

- 1940.  Wreckers must breathe

- 1940.  The Trojan horse (El caballo de Troya)

- 1941.  Attack alarm

- 1946. Dead and alive

- 1947. The killer mine

- 1947. The lonely skier (El esquiador solitario)

- 1947. Tales of old inns (Director)

- 1948. Maddon's Rock (La isla de Maddon)

- 1948. The blue ice (El hielo azul)

- 1949. The white South (Infierno blanco)

- 1950. The angry mountain (La montaña furiosa)

- 1951.  Air bridge (Puente aéreo)

- 1952.  Campbell's kingdom (El reino de Campbell)

- 1954.  The strange land

- 1956.  The "Mary Deare" (El barco sin puerto)

- 1958.  The land God gave to Cain (La tierra de Caín)

- 1960.  The doomed oasis (El oasis condenado)

- 1960.  Harvest of journeys (Al final de la jornada) (Artículos de viajes)

- 1962.  Atlantic fury (La furia del Atlántico)

- 1963.  Scandinavia (Libro de viajes)

- 1965.  The Strode venturer

- 1967.  Sea and islands (Artículos de viajes)

- 1969.  The conquistadors (Los conquistadores españoles)

- 1971.  Hammond Innes introduces Australia (Libro de viajes)

- 1971.  Levkas man

- 1973.  Golden soak    

- 1975.  North star

- 1977.  The big footprints

- 1978.  The last voyage: Captain Cook's last diary

- 1980.  Solomon's seal

- 1982.  The black tide

- 1985.  High stand

- 1986.  East Anglia (Libro de viajes)

- 1988.  Medusa

- 1991.  Isvik

- 1993.  Target Antarctica

- 1995.  The New Yorker desk diary (No ficción)

- 1996. Delta connection

Libros infantiles con el pseudónimo Ralph Hammond:

- 1950.  Cocos gold    

- 1951.  Isle of strangers      

- 1952.  Saracen's tower     

- 1953.  Black gold and double diamond     


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