Hammond Innes es uno de los más claros casos de
escritores "olvidados" por los editores españoles. De sus 34 novelas,
sólo 12 se han traducido al castellano; de sus 9 libros de no ficción, sólo 2;
y de sus 4 cuentos infantiles, ninguno. En una carrera que abarca de 1937 a
1996, en España sólo se fue publicando, en su momento, el período casi completo
(a falta de una novela) que va de 1947 a 1962, más la curiosa excepción de
"El caballo de Troya", que,
siendo una obra de 1940, no se publicó hasta 1980, en la colección argentina El Séptimo Círculo. Es decir, que tuvo
su lugar en el cielo durante unos años, y luego se desvaneció. Ni siquiera goza
del consuelo de otros casos parecidos, como P.C. Wren o Pierre Benoit,
grandísimos escritores de los que, al menos, se ha seguido reeditando alguna de
sus obras más señeras ("Beau Geste"
y "La Atlántida", respectivamente).
El
británico Hammond Innes empezó
escribiendo novelas policíacas protagonizadas por el reportero Peter Deveril.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los ambientes de guerra y
espionaje se introducen en su temática, para llegar al fin a una amalgama
propia de misterio y aventura, que es la característica general de las 12
novelas que vamos a comentar a continuación. En casi todas ellas suele haber un
misterio a descifrar, aunque, todo hay que decirlo, manejado con no demasiada
destreza. Bien pronto en la trama se dan pistas que sugieren cuál es la
explicación del enigma. Ni siquiera se presentan varias alternativas o pistas
falsas que mantengan la intriga.
Lo que verdaderamente caracteriza su obra, su rasgo más valioso y personal, es el tratamiento que da a la lucha del hombre contra los elementos de la naturaleza. Aunque su héroe prototípico tenga enemigos humanos a los que enfrentarse, el auténtico rival a vencer será siempre la naturaleza desatada: las nevadas cumbres de las montañas, los mares helados del Ártico y del Antártico, los mares de olas embravecidas e implacables, serán sus paisajes favoritos.
EL CABALLO DE TROYA
(The Trojan horse, 1940)
Emecé (Argentina), Colección El Séptimo Círculo nº 330 (Abril 1980)
Segunda Guerra Mundial en Londres. Un grupo de nazis
infiltrados en la sociedad británica (liderados por el Barón Marburg y el
periodista Max Sedel) intenta hacerse con un nuevo tipo de motor diesel de
aviación, desarrollado en secreto por Paul Severin, un ingeniero judío huido de
los nazis. A ellos se enfrentan un abogado criminalista (Andrew Kilmartin), la
hija del científico (Freya) y un fotógrafo (David Shiel).
En
esta novela, la más antigua que poseo de nuestro autor, ya se presentan
todos los esquemas característicos de su estilo:
-
Las historias son siempre contemporáneas, ambientadas, como mucho, un par de
años antes de la fecha de su escritura.
-
Están narradas en primera persona por su protagonista (Andrew Kilmartin, en
este caso), quien va a ser siempre un profesional civil de perfil poco heroico
(abogado criminalista), de edad media (42 años) y de nacionalidad británica.
-
Las repercusiones de la Segunda Guerra Mundial tienen un efecto directo o
indirecto en los personajes, como reflejo, sin duda, de las propias
experiencias del autor en la Marina de Guerra británica.
-
La intriga planteada inicialmente (el científico se da a la fuga tras ser
acusado de asesinar a su cuñado, que era quien le estaba financiando su
investigación) se difumina bastante pronto (ya en el segundo capítulo se
insinúa que todo puede ser un complot de la Calboyd Diesel Company, bajo control
nazi, para hacerse con el nuevo motor).
-
La parte romántica de la trama suele ser bastante endeble, y casi parece estar
puesta a desgana, como para satisfacer un requisito editorial (Kilmartin se
enamora de Freya, pero su romance queda sin resolver).
-
La escena de acción más destacada es una en la que Kilmartin escapa de su
prisión en los sótanos de un banco a través de los túneles de alcantarillado,
que recorre hasta salir al río, en una larga y realista secuencia donde el
protagonista debe luchar más contra el cansancio y contra el agua que empapa
sus ropas y dificulta sus movimientos, que contra sus perseguidores, que son
siempre una presencia amenazante a lo lejos. La parte final, en la que nuestros
héroes se infiltran en un barco controlado por los nazis para intentar rescatar
el codiciado motor, es más espectacular, con tiros y persecuciones, pero
también mucho más convencional, y sólo destaca porque tiene lugar en uno de los
escenarios favoritos del autor: el mar.
Como nota histórica al margen, hay que reseñar que el barco Thirlmere, en el que los nazis hacen su huida, ha sido fletado con la excusa de enviar armamento a Finlandia, que había sido invadida por la Unión Soviética el 30 de Noviembre de 1939. Recordemos que los nazis y los soviéticos fueron aliados desde la firma del pacto Molotov-Ribbentrop del 23 de Agosto de 1939. Cuando los alemanes invadieron Polonia por el Oeste el 1 de Septiembre siguiente, los rusos lo hicieron por el Este. La alianza entre ambas dictaduras se mantuvo en vigor hasta que los nazis invadieron la Unión Soviética el 22 de Junio de 1941. Por tanto, en el año de publicación de esta novela (1940) el Reino Unido ayudaba a Finlandia en su lucha contra el invasor ruso. En cambio, en la novela "La isla de Maddon", cuya acción transcurre en 1945, a quien ayudan con armamento los británicos es a sus nuevos "aliados", los rusos.
EL ESQUIADOR SOLITARIO (The lonely skier, 1947)
Editorial
Molino, Colección Biblioteca
Oro de Bolsillo nº 73 (sin año)
Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet
Una de espionaje, ambientada en los Alpes Dolomitas
(Italia) en 1947.
El excombatiente Neil Blair, necesitado de trabajo para
mantener a su esposa e hijo, acepta una oferta de Derek Engles, su antiguo
comandante, y ahora director de cine, para que vaya a la estación de esquí de
Col Da Varda, al norte de Cortina, en los Alpes Dolomitas, con la finalidad
oficial de documentarse para escribir un guión, mientras el cámara Joe Wesson filma
tomas del lugar. En realidad lo que tiene que hacer es estudiar a los lugareños
e informarle de todo lo que allí pase.
Igual que en "El
caballo de Troya", el misterio se desvela bien pronto, pues, nada más
llegar a Cortina, Blair se entera de la historia del nazi Heinrich Stelben:
durante la guerra se le encomendó un transporte de oro a Alemania, que
desapareció por el camino; luego consiguió camuflarse como un italiano pero fue
descubierto y detenido, y acaba de suicidarse en la cárcel. Engles quiere
localizar el oro perdido, al igual que una serie de personajes que coinciden en
Col Da Varda: Carla Rometta, la amante de Stelben, que se hace llamar ahora
Contessa Forelli, y que se acompaña de Stefan Valdini; el irlandés Gilbert
Mayne; y el griego Keramikos, que resulta ser un agente comunista.
En el desarrollo de la trama (no demasiado interesante, la
verdad), todos estos personajes se alían y se pelean entre sí, y acaban todos
muertos, menos el protagonista.
Lo más destacable, para mi gusto, es el capítulo en el que
Mayne invita a Blair a una excursión de esquí por una zona alejada de las
pistas habituales, con la intención de dejarlo abandonado a su suerte cuando se
desencadene una tormenta de nieve. Blair se cae sobre la nieve, pero consigue
levantarse y desandar el camino de vuelta al refugio, en una larga escena donde
el autor consigue transmitirnos todo el esfuerzo y el sufrimiento del
desplazamiento por un paisaje nevado y tormentoso. Aquí no hay tiros ni
puñetazos, tan sólo la lucha por la supervivencia del hombre sacado de su
elemento y perdido en medio de la naturaleza.
En 1948 se estrenó su adaptación cinematográfica, "Snowbound", dirigida por David MacDonald, en cuyo guión parece
ser que intervino el propio Hammond
Innes. Como no la he visto, no puedo comentarla.
LA ISLA DE MADDON (Maddon's Rock, 1948)
Editorial
Molino, Colección Selecciones
de Biblioteca Oro nº 95 (1953)
Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet
9 ilustraciones interiores de Pablo Ramírez
Ambientada en 1945 y 1946.
El Cabo Jim Vardy y su compañero artillero Bert Cook, luego
de haber servido como instructores del armamento suministrado por el Reino
Unido a la Unión Soviética, embarcan en Murmansk (Rusia, junto a Suecia y
Finlandia, en el Mar de Barentz) con su oficial Rankin, en el carguero Trikkala, que lleva un cargamento de
lingotes de plata.
En medio de la travesía el barco es supuestamente alcanzado por una mina y el capitán Halsey ordena abandonarlo antes de que se hunda. Vardy y Cook (y Jennifer Sorel, una pasajera, de la que se dice, sin explicarlo bien, que había escapado de un campo de concentración nazi en Polonia) se niegan a aceptar las órdenes de sus superiores, porque anteriormente habían descubierto que varias tablas de los botes salvavidas estaban sueltas, y embarcan solos en una balsa. Son rescatados al día siguiente por uno de los barcos de la escolta, pero, cuando llegan a Inglaterra, son detenidos por rebelión porque previamente han aparecido Halsey y Rankin en otro bote, muy lejos de la zona del naufragio, y les han denunciado por rebeldía. En el consejo de guerra, Vardy y Cook son condenados a 4 y 3 años de cárcel, respectivamente, y enviados a Dartmoor.
A estas alturas de la historia, ya se ha insinuado que todo
ha sido un sabotaje de Halsey para quedarse con el oro y deshacerse de todos
los testigos.
Cuando llevan un año de condena, Vardy y Cook se enteran de
que Halsey, Rankin y los demás preparan una expedición para rescatar la plata
del Trikkala, sin que se entienda bien cómo es que el gobierno no lo ha hecho
antes, y cómo permite ahora que lo hagan unos particulares, que se van a quedar
con todo. Lo ridículo es que Vardy y Cook deciden fugarse, cuando ya les
faltaba poco, sobre todo a Cook, que además tiene familia, con el único plan de
obligar a Rankin a confesar, porque es un alcohólico y un débil de carácter.
Llegan a Newcastle y, efectivamente, no tienen problema en
localizar solo a Rankin y lo hacen confesar, estando borracho e indefenso, a
base de maltratarlo. Rankin confiesa que el Trikkala
no se hundió, la explosión fue simulada, y el barco lo vararon en la ficticia
Isla de Maddon, al sur de la isla de Spitzberg (hoy Spitsbergen), y cerca de la
Isla de los Osos. Vardy decide adelantarse a Halsey y coger varios lingotes
como prueba de su inocencia (lo cual hubiera estado bien como excusa para su
fuga, si toda esta historia la hubieran sabido en prisión). Le piden prestado a
Jennifer su yate, y ella les acompaña, con MacPherson, un veterano marino amigo
suyo.
Llegan a la isla, consiguen atravesar el peligroso canal de
arrecifes que hay a la entrada, y encuentran el Trikkala con la plata. Y también a un pasajero polaco llamado
Zelinski que, no se sabe cómo ni por qué, se quedó atrapado en el barco sin que
lo supiera Halsey (y que aquí hace el mismo papel que el Ben Gunn de "La isla del tesoro"). Antes de que
puedan reembarcar en el yate, éste es destrozado por una borrasca. Consiguen
poner en marcha los motores del Trikkala,
pero entonces aparece el remolcador de Halsey.
A continuación se desarrollan unas cuantas escenas de
acción bastante convencionales, con peleas, motines, y cañonazos, que acaban
con el remolcador estallando en pedazos, y con Halsey y Rankin muertos.
El Trikkala
regresa a Inglaterra, y, atención al absurdo, nuestros héroes ni son detenidos
(pese a ser prófugos de la justicia), ni recibidos por las autoridades ni nada,
la prensa los trata como estrellas, y Vardy ya piensa en su parte de la
recompensa por el salvamento. Se menciona que habrá otro juicio, pero Vardy y
Cook quedan libres en todo momento.
En la parte romántica, Jennifer y Vardy se habían confesado
su amor durante la travesía y ahora quedan juntos.
Toda la parte de aventura en el mar es bastante interesante,
pero el desarrollo de la trama es inverosímil.
EL HIELO AZUL (The blue ice, 1948)
Editorial Molino, Colección Selecciones de Biblioteca Oro nº 103 (al menos de 1954)
Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet
10 ilustraciones interiores de Arturo Moreno (el historietista y director de "Garbancito de la Mancha")
Ambientada principalmente en el Blaaisen, o Hielo Azul, un
glaciar en el centro de Noruega, en la vertiente del glaciar Jokulen.
La empresa metalúrgica de Bill Gansert, de 36 años, ha
interceptado un mensaje y una muestra de torio (un mineral "más duro que
el acero y más ligero que el aluminio") que ha sido enviada, dentro de una
lata de carne de ballena, desde una fábrica de Noruega. Su remitente, antes de
morir despeñado, es George Farnell, que estuvo toda su vida buscando
yacimientos de torio en Noruega, hasta el punto de que llegó a estafar dinero a
su socio para poder financiar las investigaciones que éste le denegaba, y fue
condenado a la cárcel. Pero antes de ser encarcelado huyó, se hizo pasar por un
noruego y durante la Segunda Guerra Mundial participó en el Raid de Måløy (también
conocido como Operation Archery, un ataque de fuerzas inglesas, que incluía a
noruegos, en la ciudad de Måløy, en la isla de Vågsøy, para destruir fábricas
nazis y abrir nuevos frentes que distraigan a los nazis). Desde entonces estaba
desaparecido, hasta que ahora aparece su cadáver.
A Gansert lo envían a Noruega para investigar la
localización de la mina.
En su yate Diviner
se reúnen, de una forma muy poco creíble, una serie de dispares personajes:
Jill Sommers (que dice conocer a Farnell y quiere saber qué le pasó), Jan
Dahler (un noruego encarcelado por los nazis en la invasión, que huyó gracias a
Farnell) y Knut Jorgensen (un noruego acusado de colaborar con los nazis y que
ahora es competidor empresarial de Dahler). Como vemos, esta situación es
similar a la planteada en "El
esquiador solitario", y funciona igual de mal, con una serie de
personajes misteriosos reunidos en un espacio confinado. Algunos de ellos se
conocen entre sí y se odian, y el protagonista trata de sondearlos y descubrir
sus secretos. Cosa que, por otra parte, no llega a hacer, porque se describen
minuciosamente todos los rigores de la difícil navegación, las faenas a bordo y
las guardias, que no le dejan tiempo para nada más.
Llegados a Noruega, aparece el villano oficial de la historia,
Paal Lovaas, capitán de un ballenero, al estilo del Capitán Halsey de "La isla de Maddon", y se presenta
el nudo argumental que va a sostener la trama hasta el final: Lovaas ha
recogido en su barco a un tal Schreuder, que resulta que estuvo con Farnell el
día de su muerte. Tanto Gansert como Jorgensen intentan ser los primeros en
hablar con Schreuder, pero éste escapa, salta al mar helado y se le da por
muerto. Gansert sospecha que fue rescatado por un par de buzos que andaban por
la zona, y consigue localizar a uno de ellos, Sunde, que se hace el misterioso
y no quiere hablar.
Por otro lado, Gansert, al no conseguir el permiso oficial
para exhumar el cadáver de Farnell y poder verificar si ha sido asesinado o no,
decide hacerlo él por su cuenta una noche. Por la ausencia de determinadas
marcas en su cuerpo, Gansert descubre que el cuerpo no es el de Farnell, y
sospecha que debe ser el del verdadero Schreuder, con el que Farnell ha
cambiado su identidad.
En este punto de la trama, ya vemos que Gansert es tan
egoísta e interesado como cualquiera de los otros personajes, y realmente no
nos ponemos de su parte en su búsqueda. Esta impresión se refuerza más
adelante: todo lo hace por el dinero, mientras que Sunde o Jill lo hacen por
motivos más emocionales.
Finalmente, Sunde confirma todas las sospechas de Gansert,
y confiesa que tanto él como su socio buzo lucharon junto a Farnell durante la
guerra y al recogerlo del agua lo reconocieron y decidieron ayudarlo a escapar.
Farnell ha huido hacia el Jokulen (sin que acabe por
explicarse por qué motivo concreto), perseguido por Lovaas, y ahora Gansert y
Sunde van detrás, mientras todos los demás siguen otra ruta que lleva al
ferrocarril de Finse, que está en la bajada del Jokulen.
El larguísimo ascenso de horas por las montañas es la
escena "marca de la casa" de de nuestro autor, con su realismo en la
descripción del esfuerzo a realizar y la lucha contra el cansancio.
Se añade una escena "de pistolas" cuando uno de
los hombres de Lovaas es dejado atrás para que intente matarlos en una cabaña.
Sunde es herido y Gansert debe seguir solo. Cuando por fin localiza a Farnell y
Lovaas, los pierde en una nevada y debe volver a refugiarse en otra cabaña.
Allí van apareciendo Jill, Lovaas, Dahler, Jorgensen y finalmente Farnell, que
los encañona a todos. Está resentido con todos ellos y no atiende a ninguna de
las ofertas comerciales por la mina que le hacen Gansert y Jorgensen.
Aquí se revela que la lata de carne de ballena la envió
Farnell a Jill (que resulta ser su esposa, a la que luego abandonó por el
torio), pero el destinatario se borró con la grasa de la carne, y fue a parar a
manos de los jefes de Gansert.
Farnell huye otra vez, salta sobre el techo del tren en
marcha, pero falla y se mata. Dahler les había ido siguiendo y se mata también
al caer a la vía. Farnell confiesa que la mina está en el Jokulen (algo que, en
general, ya se había dado por supuesto; lo que se supone que faltaba era la
localización exacta, que ahora no se da) y con tan pocos datos se cuenta que
Gansert y Jill están ahora dedicados a ponerla en marcha.
Una vez más queda en suspenso la historia de amor, pues se
dice que Gansert se enamora de Jill, pero no queda claro si ella le
corresponde.
Quedan sin explicar las motivaciones de Dahler, y por qué
hace una serie de cosas misteriosas y por qué manipula a la gente en ciertas
ocasiones.
INFIERNO BLANCO (The white South, 1949)
Editorial Éxito (Mayo 1951), tapa dura con sobrecubierta (que no tengo, la imagen superior la he sacado de Internet)
Ambientada entre los témpanos flotantes del Mar de Weddell,
en el Océano Antártico.
Duncan Craig ha sido capitán de corbeta durante la Segunda
Guerra Mundial. Su actual empleo de oficinista no le satisface y decide probar
fortuna en Ciudad del Cabo. Durante el largo viaje en avión conoce al dueño de
la ballenera, el Coronel Bland, y a su nuera Judie, casada con Erik Bland y
también hija del jefe de la expedición ballenera, el noruego Bernt Nordahl.
Entre Erik Bland y Nordahl hay un conflicto y se acusan uno a otro de traición
a la compañía. Craig intima con Judie, que le cuenta que Erik es una mala
persona y colaboró con los nazis durante
la invasión de Noruega.
Al llegar a destino, Craig no consigue encontrar trabajo,
pero, inesperadamente, el Coronel le ofrece el mando de un remolcador, que se
ha quedado sin capitán, para que les lleve inmediatamente a reunirse con la
flota ballenera, donde ha tenido lugar una tragedia: Nordahl se ha caído por la
borda y los marineros, todos noruegos, le echan la culpa a Erik.
La investigación que sigue es un tanto farragosa y de poco
interés: Erik y Nordahl tuvieron una discusión la noche de la desaparición;
Erik sostiene que Nordahl se suicidó porque había invertido sus acciones de la
Ballenera en una mina de oro que resultó ser un fraude; en cambio, el doctor
Walter Howe, un hijo ilegítimo de Nordahl, revela que Nordahl descubrió a
tiempo todo el timo de la mina, vendió todas sus acciones a tiempo, se hizo
rico y con el dinero compró más acciones de su Ballenera, con lo cual es ahora
el socio mayoritario, y su teoría es que fue Erik quien aconsejó a Nordahl que
invirtiera en la mina, para hundirlo, y al enterarse de la verdad, de rabia, lo
empujó por la borda.
En principio se decide que Nordahl se suicidó, pero se
dejará todo en manos de la policía a la vuelta, y se continúa con la pesca. A
Craig se le asigna el mando de uno de los balleneros, con Gerda Petersen de
piloto, y la flota se encamina al Mar de Weddell.
Erik se encara con Craig y le pide que guarde silencio
sobre sus sospechas sobre la verdadera causa de la desaparición de Nordahl, y a
cambio él le promete divorciarse de Judie, pues sabe que Craig está enamorado
de ella. Reconoce que tuvo una bronca y un forcejeo con Nordahl, y éste se cayó
por la borda. (De nuevo tenemos el "misterio" resuelto a mitad de la
novela, y resuelto acorde con las sospechas que ya se habían ido insinuando al
principio.)
La segunda mitad de la novela es una aventura de
supervivencia. El barco de Judie choca con un iceberg. Cuando Craig va en su
ayuda, su barco es embestido aposta por el de Erik, y se hunden ambos. El Southern Cross, el barco de mayor
tonelaje, va en su ayuda y se hunde también. Los supervivientes se van
trasladando de témpano a témpano, con Erik definitivamente como villano oficial
de la trama, decidido a salvarse él solo, y abandonar a los demás, para que
nadie pueda testificar contra él, no sólo sobre lo de Nordahl, sino sobre lo
del hundimiento.
La lucha contra la naturaleza adversa es detallada con el
realismo habitual de nuestro autor: la poca comida, el esfuerzo que supone desplazarse
sobre el hielo o sobre la nieve, el frío, la luz cegadora que rebota en la
nieve, las tormentas y las nevadas que les impiden hacer nada, etc.
Tras diversas penalidades causadas por el mal tiempo y la
escasez de alimentos, Erik y Gerda mueren, pero una parte de los supervivientes
consiguen salir a mar abierto en algunos botes, llegar a Georgia del Sur y
guiar a los barcos de rescate hasta el campamento base.
Craig y Judie se casan y él pasa a ser capitán de otro
ballenero.
Lo más destacable de la novela es, como siempre, su
ambientación. Lo peor, que su protagonista, Duncan Craig, se va haciendo cada
vez más antipático. Durante el viaje en avión, por ejemplo, no tiene reparo en
escuchar a escondidas las conversaciones del Coronel, para enterarse de lo que
pasa. Cuando describe a Judie, le pone como "defecto" que no es
particularmente guapa, y de Gerda Petersen, aunque la presenta como una eficaz
piloto, se resalta, también como grave "defecto", que es gordita y no
es guapa. Luego, como patrón de su barco, será brusco con sus subordinados, aunque
no tenga razón.
En 1953 se convirtió en película, "Infierno bajo cero" (Hell below zero), dirigida por Mark Robson. Hace tiempo que no la he
visto, pero creo recordar que la trama es la misma, pero tratada con un tono
más ligero y menos sombrío. La segunda mitad de la novela, con el naufragio en
los hielos, se transforma, básicamente, en unas pocas escenas de acción
convencionales, con el héroe y el villano disparándose entre sí.
LA MONTAÑA FURIOSA (The angry mountain, 1950)
Editorial Molino, Colección Biblioteca Oro de Bolsillo nº 58 (sin año)
Ilustración de portada sin acreditar
Una (inverosímil y embrollada) historia de espionaje
ambientada en Checoslovaquia, Milán y Nápoles.
Dick Farrell, ex-piloto de caza durante la Segunda Guerra
Mundial, en la que perdió una pierna, es ahora representante de una empresa de
maquinaria y visita una fábrica en Pilsen, Checoslovaquia, dirigida por Jan
Tucek, compañero suyo durante la guerra. Al día siguiente, Farrell descubre que
Tucek fue a visitarle la noche anterior a su hotel, pero no le despertó, y
ahora parece que ha sido detenido por el gobierno.
Farrell se encuentra también con otro compañero de la
guerra, John Maxwell, que trabaja como agente secreto, y le dice que Tucek no
ha sido detenido sino que Maxwell ha arreglado su fuga.
La historia de Farrell durante la guerra es bastante enrevesada.
En una de sus misiones, Farrell lanza en paracaídas sobre Italia a Alec Reece y
a Walter Shirer, pero luego es derribado y capturado. Farrell es torturado por
el sádico doctor Giovanni Sansevino, que le corta su pierna herida varias
veces, sin anestesia, hasta que confiesa, y Reece y Shirer son capturados.
Reece nunca se lo perdona y consigue que su hermana Alice rompa su compromiso
con Farrell. Luego, cerca del final de la guerra, y por motivos poco
verosímiles, Sansevino ayuda a escapar a Reece y Shirer, pero mueren durante la
fuga.
Ahora Maxwell le dice a Farrell que tanto Reece como Shirer
siguen vivos, y le encarga a Farrell que, cuando vuelva a Milán en avión, le
cuente lo sucedido a Reece, que trabaja con Maxwell como agente. Farrell así lo
hace, pero Reece le sigue odiando, igual que Alice, que, oh casualidad, también
está en Milán. Farrell, a pesar de todo, intenta reconciliarse con ella.
Este Farrell, todo sea dicho, es un cobarde de cuidado, no
tiene amor propio, y es demasiado aficionado al alcohol. Es todavía más
antipático que el Craig de "Infierno blanco". Es colérico,
irrazonable, mentiroso, desconfía de todos, no hace caso de los buenos
consejos, es injusto con los demás, y no intenta nunca hacer lo correcto sino
tan sólo evitarse molestias.
Resulta que Tucek ha desaparecido, su avión aterrizó pero
luego despegó otra vez. Farrell descubre que Tucek le iba a confiar unos
documentos al empresario italiano Riccardo Sismondi, con las indicaciones para
construir una nueva fábrica en Milán. A Farrell se le ocurre que Tucek pudo
haber escondido algo en su equipaje, aquella noche en el hotel, pero no
encuentra nada.
Farrell conoce también a la Condesa Zina Valle, que es
melosa con él, a pesar de estar casada, y se reencuentra con Walter Shirer, del
que enseguida sospecha, por ciertos gestos suyos, que es en realidad el doctor
Sansevino, del que al principio se mencionó que guardaba cierto parecido físico
con Shirer. Este descubrimiento y el recuerdo de las torturas, trastornan tanto
a Farrell que su vecino de habitación de hotel, Hacket, le convence para que se
vaya con él a Nápoles, a descansar unos días.
En Milán reaparece Maxwell, acompañado ahora de Hilda, la
hija de Tucek. Maxwell le advierta a Farrell que Zina colaboró durante la
guerra con los nazis. Ella no lo niega, pero se justifica porque la obligaron a
hacerlo, para proteger a su familia. Luego se descubre que Sansevino la
convirtió en drogadicta durante la guerra y ahora es quien le suministra la
droga y por eso ella ha atraído a Farrell a la casa de Shirer/Sansevino, para
atraparle. Pero en el fondo es buena y luego le ayuda a escapar.
A estas alturas está claro que no hay un objetivo que haga
avanzar la trama: se trata tan sólo de Farrell conociendo gente, sospechando de
todos y huyendo de sus problemas.
De una forma un tanto improbable, acaban por reunirse en la
villa de Sansevino en Nápoles todos los personajes (igual que ocurría en "El esquiador solitario"). Entonces
el volcán del Monte Vesubio entra en erupción y lo que sigue son las peripecias
(poco interesantes) de los personajes intentando huir, al tiempo que desconfían
unos de otros: primero es la ceniza que cae la que les impide salir, y cuando
para, es la lava la que les corta el paso. (Esta sería la escena de
"hombre contra la naturaleza", si no fuera porque se centra más en
las rivalidades de los personajes.)
Farrell descubre que Tucek escondió joyas y documentos ¡en
su pierna ortopédica!, sin que se aclare cómo es físicamente posible tal cosa.
Finalmente, consiguen escapar todos en avión, menos
Sansevino, que muere... ¡coceado por una mula!
Farrell se ha enamorado de Hilda y ésta, no se sabe por qué
razón, le corresponde.
Como nota histórica, hay que reseñar que la última erupción
del Vesubio fue en 1944 y que, según parece, el propio autor fue testigo
personal.
PUENTE AÉREO (Air bridge, 1951)
Editorial Molino, Colección Biblioteca Oro nº 306 (Octubre 1953)
Ilustración de portada de Juan Pablo Bocquet
10 ilustraciones interiores de Pablo Ramírez
No se dan fechas pero se deduce que la acción debe
transcurrir en 1948-49, durante el Berlin Airlift, o puente aéreo organizado
por Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados para burlar el bloqueo de Berlín
impuesto por la Unión Soviética.
Neil Fraser, de nuevo un ex-piloto de la Segunda Guerra
Mundial, se convierte en un fugitivo de la policía tras haberse enredado, sin
saberlo, en una trama sionista de exportación/robo de aviones a Palestina. Se
esconde en el aeródromo de Membury, Inglaterra, donde Bill Saeton, a cambio de
no denunciarlo, y al saber que Fraser fue también ingeniero, le propone que le
ayude en su tarea: ha conseguido, se supone que robándolo en Alemania, el
diseño de un nuevo motor de avión que consume menos gasolina, y necesita ayuda
para terminar su construcción. Su intención es unirse al Puente Aéreo de Berlín.
Entusiasmado por el proyecto, Fraser se une a Saeton y a su
socio Tubby Carter, cuya esposa, Diana, está enamorada también de Saeton.
Por allí ronda también Elsa, la hija del inventor del motor,
quien fue acusado, injustamente, de estar envuelto en el complot para asesinar
a Hitler, ejecutado, antes de poder construir un prototipo. Cuando Saeton se
hizo con el diseño y lo modificó, Elsa le siguió a Inglaterra, para defender la
memoria de su padre y seguir la pista del motor. (Todo esto no se explica hasta
más adelante; al principio de la historia, Elsa es un personaje del que poco se
sabe.)
Los tres socios consiguen terminar el motor en el plazo
previsto, pero en el vuelo de prueba falla el tren de aterrizaje y el avión se
destroza. Necesitado de ganarse la vida, Tubby se va a otra compañía del
Airlift. Entonces Saeton le propone a Fraser que éste se vaya también con
Tubby, con la intención de robar uno de los aviones en pleno vuelo y traerlo a
Inglaterra, para sustituir al que perdieron.
El vuelo parte de Wunstorf, Alemania, con destino al
aeropuerto de Gatow, en la zona británica de Berlín. Fraser simula una avería
en el motor y ordena a su tripulación que salte en paracaídas. Pero Tubby (que
desconoce los planes de Fraser) se niega, y, al enterarse de la verdad, se
pelea con Fraser y se cae al vacío, sobre la zona oriental.
Fraser lleva el avión a Membury, pero su idea es volver
cuanto antes para averiguar qué ha sido de Tubby. Saeton monta sus motores en
el nuevo aparato y se une al Airlift. Fraser vuelve al lugar del incidente, y
consigue localizar a Tubby, que logró abrir su paracaídas y fue recogido por
unos granjeros alemanes, aunque está muy malherido. Fraser vuelve a Berlín e
intenta convencer a sus compañeros de que salga un avión a recoger a Tubby. Las
autoridades no le creen, pues los rusos han difundido una falsa historia sobre
el incidente, y Saeton no quiere ir, pues eso supondría que toda la trama
quedaría al descubierto. Fraser se escapa, busca la ayuda de Elsa (que se había
traslado antes a Alemania, por cuestiones de su permiso de residencia) y ella
le ayuda porque eso perjudicaría a Saeton. Viajan en camión hasta la granja,
pero Saeton se les ha adelantado y asesina a Tubby. Fraser pelea con él y le
hiere. Vuelven todos a Berlín con el avión de Saeton y el cadáver de Tubby,
pero mientras Fraser cuenta su historia a las autoridades, Saeton se escapa en
su avión y lo hunde a propósito en el Mar del Norte.
Las cosas al final se resuelven bien para Fraser, a pesar
del robo del avión y de su historial anterior con los sionistas, porque Elsa ha
contactado con una compañía alemana para desarrollar por su cuenta el motor,
junto con las autoridades del Airlift, y le piden a Fraser que se una, al ser
el único que queda con vida de los tres que construyeron los motores. Se
entiende también que su accidentada relación amorosa con Elsa llegará a buen
término.
La particularidad de esta novela, con respecto a las
anteriores de su autor, es que sus personajes no dudan en cometer delitos para
conseguir sus fines. Saeton usa cualquier método con tal de conseguir sus
objetivos, mientras que Fraser, a última hora, lo arriesga todo con tal de
salvar a su compañero Tubby.
La narrativa es vigorosa y las peripecias de la trama son bastante más creíbles que en las novelas anteriores.
EL
REINO DE CAMPBELL (Campbell's kingdom, 1952)
Editorial Éxito (Enero 1953), tapa dura con sobrecubierta (que no tengo, la imagen superior la he sacado de Internet). (La portada no refleja en absoluto el ambiente de la novela y parece sugerir que se trata de una del Oeste.)
Bruce Wetherhal, de 36 años, veterano de la Segunda Guerra
Mundial, hereda de su abuelo Stuart Campbell una compañía petrolífera en las
Montañas Rocosas del Canadá, en el Valle de Turner, y una carta, en la que se
le ruega que continúe con la fallida tarea de encontrar petróleo en sus
terrenos, conocidos como "el Reino de Campbell". A Bruce le quedan
pocos meses de vida por un cáncer de estómago, y apenas conoció a su abuelo,
pero rechaza la oferta de compra que le hace la compañía que está construyendo
una central hidroeléctrica anexa al "reino", porque decide darle
algún sentido al poco tiempo que le queda, intentando cumplir la voluntad del
difunto.
En el pueblo de Come Lucky, a los pies del
"reino", Bruce conoce al resto de personajes de la historia:
- Boy Bladen, que fue el encargado de elaborar para
Campbell un informe técnico del subsuelo, que dictaminara si hay posibilidades
de encontrar petróleo.
- Eleanor Brand, que vivió con Campbell sus últimos años
(aunque no queda clara la relación que pudo tener con él) y ahora ayuda a Bruce,
del que se enamora.
- Peter Trevedian es el villano de la función, constructor
de la presa, y encargado de falsificar el informe favorable de Bladen por otro
negativo, que, supuestamente, acelera la muerte del viejo Campbell por la
decepción que le causa.
Bladen, al descubrir la manipulación de su informe, decide
asociarse con Bruce y conseguir la financiación que les permita iniciar las
exploraciones. Se les une Garry Keogh, el técnico encargado de perforar los
pozos. Se inicia una carrera contra reloj para ver si consiguen excavar un pozo
antes de que Trevedian termine su presa y les inunde el terreno.
Para amenizar la trama, el autor nos regala un par de
escenas de acción. En la primera de ellas, Bruce tiene que ingeniárselas para
poder trasladar los camiones de material hasta lo alto de la montaña donde está
el "reino". El único medio de transporte es el funicular que Trevedian
ha construido para su presa, pero, como Trevedian no le autoriza el paso, Bruce
vuela con dinamita un farallón, que se derrumba sobre el camino, lo que distrae
a los vigilantes y le permite usar el funicular sin ser visto.
La segunda escena de acción es la del final, aunque, por desgracia, es bastante boba, en el peor estilo del peor cine de Hollywood. Aunque Bruce y sus socios consiguen encontrar petróleo, Trevedian termina antes la presa y empieza a inundar el "reino". Todo parece perdido cuando, inesperadamente, la presa empieza a agrietarse, por la mala calidad de los materiales usados. Como no hay manera de avisar a los obreros que están en la central eléctrica, Bruce se desliza pendiente abajo en el elevador, arriesgándose a estrellarse. Los obreros no le hacen caso pero les convence a punta de pistola, y evacúan la zona antes de que la presa se desmorone por completo.
Curándose en el hospital de sus heridas, a Bruce le dicen
que su cáncer ha remitido, y acepta por fin el amor de Eleanor.
Igual que con su anterior novela, "Puente aéreo", nuestro autor
maneja la trama con interés, a pesar de su irregularidad. Para mi gusto, su
defecto más grave es uno compartido con "Infierno blanco" y "La
montaña furiosa": su protagonista, en lugar de reconocer sus errores,
es bastante dado a estallidos de cólera dirigidos contra la gente que trata de
ayudarle.
"El reino de
Campbell" fue adaptada al cine por Ralph Thomas, como "La
dinastía del petróleo" (Campbell's
kingdom, 1957). Hammond Innes
debió de colaborar de algún modo en el guión, porque hay un crédito que dice:
"adaptada para la pantalla con la colaboración de su autor"
(signifique eso lo que signifique).
El desarrollo de la trama es casi idéntico. Los mayores
cambios tienen lugar al principio, porque la primera escena muestra a Boy
Bladen descubriendo el cadáver de Campbell, y a Bruce se le ve por primera vez
cuando llega al pueblo de Come Lucky. Lo de su enfermedad no se revela hasta más
tarde, con lo cual sus motivaciones para hacer lo que hace no quedan bien
establecidas. Un Dirk Bogarde totalmente inadecuado para el papel no ayuda a
mejorar las cosas.
Como curiosidad, a varios personajes se les cambia el
nombre. Bruce Wetherhal pasa a llamarse Bruce Campbell. Peter Trevedian pasa a ser
Owen Morgan. Eleanor Brand pasa a ser Jean Lucas, y Garry Keogh pasa a ser James
MacDonald. Boy Bladen es de los pocos que conservan su nombre, pero, a cambio,
se altera su personalidad: ahora está enamorado de Eleanor/Jean sin que ella le
corresponda, y si ayuda a Bruce es porque que Trevedian/Morgan le quemó un
camión y quiere vengarse de él.
Hay pequeñas modificaciones en las escenas de acción, que, la verdad, no sirven para mejorar el producto final, que se queda por debajo de la novela.
EL BARCO SIN PUERTO
(The "Mary Deare", 1956)
Editorial Éxito (1957), tapa dura
Ilustración de portada sin acreditar (firma ilegible). (Una vez más, se trata de una ilustración que no refleja adecuadamente el argumento.)
Esta es sin duda alguna la obra maestra de Hammond Innes, y también una gran
novela en sí misma.
Curiosamente, y por primera vez, el autor rompe dos de sus
rasgos de estilo: no hay ninguna referencia a la Segunda Guerra Mundial, y su
narrador (John Sands) no es el auténtico protagonista de la historia.
Navegando por el Canal de la Mancha con mal tiempo, el
velero de John Sands y su socio Mike, el Bruja
del Mar, dedicado a buceo y salvamento, se cruza con un carguero a la
deriva, el Mary Deare. Cuando Sands
lo aborda, se encuentra con un único tripulante, el Primer Oficial Gideon Patch.
La nave se está hundiendo lentamente por una brecha de agua, pero entre los dos
consiguen poner en marcha los motores. El comportamiento de Patch es un tanto misterioso
pero Sands sigue sus órdenes a regañadientes, y embarrancan la nave en los
Minquiers (un banco de isletas y arrecifes frente a la costa de Francia), y se
ponen a salvo en un chinchorro de goma.
Estas primeras 76 páginas (de un total de 296) son una
sensacional y apasionante secuencia de esfuerzo, sudor y lucha contra la
potencia del mar y de la borrasca, y contra el cansancio.
Posteriormente, Patch le cuenta a Sands que los motores que
avión que transportaban a Europa fueron transferidos en secreto en Rangún a
otro barco de la misma compañía, para vendérselos a los chinos, y que el
armador Dellimare intentó sobornar a Patch para que accediera a hundir el barco
y ocultar así el engaño. Luego de que Patch se negara, hubo una serie de
sabotajes (incendio en la cabina de radio, una vía de agua provocada por una
explosión, etc.), aparte del hecho de que murieran tanto el Capitán Taggart, por
enfermedad, como Dellimare, al caerse por la borda. Finalmente, cuando el Mary Deare empieza a hacer aguas, la
tripulación (con el agitador Higgins al frente) obedece una falsa orden y
abandona el barco, siendo Patch el único que se queda para intentar salvarlo.
Patch le pide a Sands que oculte el destino actual del
barco porque antes quiere volver a bordo para sacar fotografías, aunque Sands
sospecha que hay otra razón.
En el juicio para esclarecer lo sucedido al Mary Deare,
ambos evitan mencionar el destino final del barco, aunque resulta raro que
nadie les pregunte directamente por ese tema. Aunque todos den por hecho que el
barco se hundió en paradero ilocalizable, lo lógico sería preguntar por lo que
pasó esos últimos momentos.
Janet, la hija del difunto Capitán Taggart, se niega a
creer la declaración de Patch de que fue la bebida la causa de su muerte. Esto
afecta a Patch porque está enamorado de ella, sin haberla conocido, sólo por la
foto que tenía el capitán en su camarote y las historias que éste contaba sobre
su hija. (Este romance es un tanto inverosímil: que se enamore por una foto me
lo creo, pero habría que narrar esas escenas en detalle, para que esa situación
cale bien en el lector.)
Cuando el Mary Deare
es descubierto, una compañía francesa se encarga de su salvamento. Al día
siguiente Patch no comparece en el juicio, y éste es postpuesto hasta que la
policía lo localice.
Patch acude a Sands y le cuenta que, al oír la noticia del
salvamento, ha intentado localizar a uno de los marineros, sabiendo que estaría
borracho y sería fácil sonsacarle la verdad: los del salvamento son parte de la
misma empresa de Dellimare y a Higgins y a su jefe Gundersen les será fácil
subir a bordo cuando lo remolquen a puerto y abrir los espiches para que se
hunda en aguas profundas.
Patch le pide a Sands que lo lleve al barco cuanto antes, y
le confiesa que el armador Dellimare no se cayó por la borda. Cuando Patch
descubrió, después de haber empezado los sabotajes, que Dellimare estaba haciendo
algo raro en la bodega, le golpeó con furia y éste murió al caer contra unos
hierros.
Cuando salen de puerto una embarcación les sigue, con
Higgins al mando. El desenlace de la trama es una larga persecución en el mar, que
empieza de noche y se prolonga hasta el día siguiente, sin que consigan
despistar a Higgins. Ambas embarcaciones acaban por chocar entre sí y se
hunden. Patch y Sands siguen adelante en un bote, con Higgins detrás. (La parte
turbia es que Patch se niega a recoger a un marinero de Higgins caído al mar,
diciendo que ya lo hará Higgins, pero como éste no lo hace, se supone que el
marinero se ahogará, aunque este tema queda sin aclarar.) Cuando llegan a los
arrecifes, tienen que seguir a pie, hasta alcanzar el Mary Deare.
Los de salvamento han cerrado las vías de agua, pero han tenido
que abandonado porque se avecina una tormenta. Sands intenta avisar a Higgins
para que suba a bordo, pero el oleaje se lo impide y Higgins queda a la deriva
y unas olas se lo llevan. La marea pone el barco a la deriva pero la tormenta
acaba por partirlo. Cuando llega un barco de remolque, queda intacta la bodega
de proa para demostrar que no hay ningún motor en las cajas almacenadas. Patch
es absuelto.
Sands y Janet convencen a Patch de que no mencione la
muerte accidental de Dellimare.
Patch se casa con Janet, aunque el enamoramiento de ésta no
resulta muy convincente.
"El barco sin puerto" también fue adaptada al
cine, en "El misterio del barco
perdido" (The wreck of the Mary
Deare, 1959), escrita por Eric
Ambler y dirigida por Michael Anderson,
la primera y única vez en que una película basada en Hammond Innes está a la altura de su original literario. De hecho,
mi primer contacto con el autor, y mi posterior interés en su obra, surgió con
esta espléndida película.
Los 40 primeros (y extraordinarios) minutos de su metraje,
de un total de 100, se dedican a la secuencia del naufragio del Mary Deare, siguiendo la novela casi al
pie de la letra. 40 minutos en los que Gary
Cooper (como Patch) y Charlton
Heston (como Sands) se enfrentan a la tormenta y al cansancio, filmados con
lúgubre belleza por la cámara de Joseph
Ruttenberg. Hoy en día esta escena se haría de forma muy diferente: en
lugar de perder tiempo durante el rodaje creando el adecuado contraste entre
las partes oscuras del plano y las que interesa iluminar/resaltar, lo más fácil
es oscurecerlo todo por igual con la corrección digital del color, que se hace durante
la post-producción.
En
la parte media del metraje se llevan a cabo algunos cambios en la historia,
como que ya no hay romance entre Patch y Janet, y que ésta no se muestra
demasiado afectada por la muerte de su padre, porque tenía poco trato con él. A
Janet se la usa más bien para que le facilite a Patch las cartas que le
escribió su padre desde el Mary Deare,
que son las que revelan la venta de los motores en Rangún.
Ahora ya no es al armador Dellimare
a quien ha matado Patch, sino al capitán Taggart, aunque sea en una situación
similar.
La parte del juicio es un tanto
absurda, ya que Patch se comporta como un chalado impaciente, perdiendo la
calma a cada momento, en lugar de esperar a su turno para hacer su declaración.
Sin embargo, la principal
desviación, para peor, sobre la novela, ocurre en la secuencia final. La larga
persecución hasta alcanzar el Mary Deare
desaparece por completo, y es reemplazada por una convencional (aunque bien
filmada) escena cinematográfica de acción: Patch y Sands se cuelan buceando en
el interior del Mary Deare; descubren
que las cajas almacenadas en la bodega tienen piedras en lugar de motores;
Higgins le clava un hierro a Sands en el hombro (lo que no impide que Sands
bucee y mueva el brazo con normalidad, por cierto) pero es finalmente reducido
y el barco queda a salvo. Es decir, que la película se abre con una enérgica
escena de acción pero se cierra con otra mucho menos original.
Por
cierto, que el proyecto estuvo un tiempo en manos del director Alfred Hitchcock y del guionista Ernest Lehman, que, afortunadamente, se
aburrieron pronto del tema y decidieron dedicarse en cambio a preparar "Con la muerte en los talones" (North by Northwest, 1959). Y digo afortunadamente porque Hitchcock seguro que hubiera hecho una
película interesante, como la mayoría de la suyas, pero muy alejada argumentalmente de la novela, que tan poco tiene en común con sus temáticas habituales.
LA TIERRA DE CAÍN (The land God gave to Cain, 1958)
Editorial de Ediciones Selectas (1959, Argentina), tapa dura con sobrecubierta (que no tengo, la imagen superior la he sacado de Internet)
Localizada en los paisajes nevados
de la Península del Labrador (en el Noreste de Canadá).
El padre de Ian Ferguson fue
operador de radio en un bombardero durante la Segunda Guerra Mundial, pero quedó
paralítico y dedica sus últimos años a una estación de radio aficionado. La
recepción de un mensaje desde una expedición geológica dirigida por un tal
Briffe en el Labrador le causa tal excitación que muere de un ataque.
Cuando Ian Ferguson, ingeniero de
23 años, notifica el hecho a la policía, estos le dicen que el piloto Bert
Laroche es el único superviviente de dicha expedición, y que Briffe ya había
muerto para cuando se recibió el mensaje.
Ferguson, convencido de que los
registros de su padre son fiables, se marcha al Canadá para hablar con Simon
Ledder, el radioaficionado canadiense que contactaba habitualmente con su
padre. Por Ledder descubre, para su sorpresa, que su abuelo James Finlay
Ferguson murió en una expedición en busca de oro en 1900, de ahí el interés del
padre en la zona. A Ledder le convence la declaración de Ferguson y consigue
que el presidente de la Iron Ore Company of Canada, que está tendiendo una
línea de ferrocarril en la zona, y para quien trabajaba Briffe, le invite a
hablar con él en la ciudad de Seven Islands.
Allí Ferguson escucha la
declaración de Laroche: el hidroavión de la expedición se estrelló en un lago
perdido, Briffe quedó herido y, cuando murió, Laroche se puso en marcha y logró
alcanzar la civilización. Ferguson se da cuenta que se trata del Lago del León,
del que ya hablaba su padre, y donde murió su abuelo.
Ferguson conoce a Paule, la hija de
Briffe y además prometida de Laroche. Nadie le cree y le convencen para que se
vuelva a Inglaterra. Pero en el último momento, en lugar de subir a su avión,
se cuela en otro que va al interior, haciéndose pasar por un ingeniero de
reemplazo.
Como siempre en nuestro autor, hay
un misterio (pero no demasiado seductor, la verdad): No sabemos por qué el
padre de Ferguson se alteró tanto por la noticia, ni qué pasó realmente en la
expedición del abuelo.
Ferguson decide hablar con Darcy,
el obrero que primero encontró al superviviente Laroche, pero antes tiene que
esquivar a todos los que tratan de detenerlo. Tras una serie de persecuciones,
consigue localizar a Darcy, quien se cree su versión. Cuando finalmente le alcanzan,
el grupo de Paule, Laroche y Bill Lands decide que, ya que Ferguson ha llegado
tan lejos y ha causado tanta conmoción, más vale que hagan una nueva
expedición, a ver si consiguen localizar el lugar del accidente.
Cuando se revela por fin que al
abuelo de Ferguson lo mató el guía de su expedición, que resulta ser el abuelo
de Laroche, las sospechas crecen en torno a Laroche, porque parece que hace
todo lo posible por impedir que la expedición llegue a su destino, igual que
antes trató de impedir que Ferguson siguiera investigando.
Cuando llegan al lago, tras penoso
viaje a pie, descubren el cuerpo de Briffe junto a la radio, y el avión
estrellado pero no hundido. Como está claro que Laroche mintió, Paule, fuera de
sí, y creyendo que él mató a su padre, lo apuñala. Pero Ferguson descubre bolsas
con pepitas de oro, y el cadáver del tercer expedicionario, Baird, y comprende
lo que pasó en realidad: la expedición descubrió oro, Briffe se volvió
avaricioso y mató a Baird, y Laroche huyó para salvar la vida. De vuelta a la
civilización, Laroche mintió para evitar que Paule supiera que su padre se
volvió un asesino.
Darcy y Ferguson parten de vuelta,
dejando a Paule con el herido Laroche. Cuando llegan a duras penas a la
civilización tras varios días, resulta que a los otros dos ya los han rescatado,
con un avión enviado por la compañía al ver que tardaban (lo cual contradice un
poco el hecho de que, hasta entonces, fuera tan difícil localizar el dichoso
lago).
Ferguson accede a seguir
manteniendo oculta la verdad. Paule y el recuperado Laroche se casan.
La bajada de calidad de esta novela
con respecto a la previa "El barco
sin puerto" es bastante notable. La trama es retorcida, la revelación
de sus misterios nos impresiona más bien poco y el brusco cambio que sufre
Laroche no está bien equilibrado: primero es el típico personaje antipático y
sin matices, y luego es el héroe secreto de la historia, sin que sintamos mucha
simpatía por él en ningún momento.
EL OASIS CONDENADO (The doomed oasis, 1960)
Plaza & Janés (1961)
Ilustración de portada de Rafael Cortiella
Localizada en dos estados árabes
imaginarios: Saraifa y el Emirato de Haad.
Al igual que en "El barco sin puerto", el narrador
en primera persona, el abogado George Grant, no es el auténtico protagonista de
la historia, sino un testigo privilegiado.
Como novedad tenemos que el
misterio se plantea ya desde el principio, con el inicio de un juicio, que
lleva a que el protagonista retroceda en el tiempo para contar los
antecedentes.
En Cardiff, George Grant es
requerido a la casa de los Thomas, donde ha tenido lugar una tragedia: el hijo
David (de naturaleza violenta, propenso a los ataques de ira y criado entre las
pandillas de los muelles) se ha peleado con su padre (alcohólico y que a veces
pegaba a su mujer) y de la paliza que le da acaba por causarle la muerte. El
motivo fue que David acaba de descubrir que él y su hermana gemela Susan son
adoptados y que su verdadero padre es el Coronel Charles Whitaker, residente en
el protectorado británico de Bahréin y convertido al islamismo.
David escapa de la policía y le
pide ayuda a Grant para poder reunirse con Whitaker, a quien tal vez quiera
matar. A pesar de esta declaración, y del historial violento del chico, Grant
le ayuda a colarse en un carguero con destino al Golfo Pérsico (sin que se nos
haya ofrecido ninguna razón plausible para un tal acto de compasión mal
entendida, tal como yo lo veo).
David es acogido por su padre y
trabaja para él durante cuatro años, hasta que un día desaparece
misteriosamente en el desierto y se le da por muerto. ¿Qué ha pasado en
realidad? Este es el misterio que penderá sobre toda la novela, y que está tan
mal trabajado como otras veces.
Grant recibe un paquete de David,
enviado al presentir éste su propia muerte. David había estado haciendo
prospecciones en busca de petróleo en determinados terrenos de Saraifa, y
adjunta la documentación necesaria, esperando que la compañía Fomento
Petrolífero del Golfo Pérsico, para la que él trabaja, firme un convenio de
explotación con el Jeque Makhmud de Saraifa.
Grant, en calidad de albacea de
David, viaja a Bahréin.
Se aclara que los posibles
yacimientos están en un terreno que se disputan Saraifa y el Emirato de Hadd, que
Whitaker había intentado sin éxito que la compañía investigara, y que es ahora David
quien los explora a espaldas de la compañía.
Susan se trasladó a Arabia una vez
David fue aceptado por su padre. Grant descubre (tanto para sorpresa suya como
del lector) que se ha enamorado de ella, pero, de nuevo, esta relación no tiene
ninguna escena romántica que la desarrolle.
La primera escena de acción ocurre cuando
Grant y Sir Philip Gorde, un exdirector de la compañía, aterrizan en uno de los
posibles yacimientos de David, donde Entwhistle, uno de los empleados de la
compañía, está intentando, sin autorización, demostrar que David tenía razón.
Pero unos beduinos de Hadd les atacan y tienen que huir a Saraifa.
Igual que ocurría en "La tierra de Caín", el
protagonista se pasa la novela desplazándose por el terreno a ciegas, sin una
pista concreta, y va conociendo personajes que aportan partes del total de la
historia, hasta que al final se juntan todas las piezas. Pero lo grave es que
la trama no avanza, son una serie de ires y venires para que cada personaje
refuerce la sensación de que hay un misterio oculto detrás de la versión
oficial de los hechos.
Grant se entrevista al fin con
Whitaker. Se establece que el ansia de David por encontrar petróleo es para que
Saraifa tenga dinero con que financiar la reparación de los Falajs, o canales
subterráneos de conducción de agua desde las montañas, que son vitales para la
supervivencia del país.
La trama se embrolla porque parece
que hay una disputa entre David y Whitaker. Éste estaba concentrado en sus
perforaciones en el interior de Saraifa, donde no hay petróleo, mientras que
David lo hacía en los territorios en litigio de la frontera. Whitaker decide
finalmente arrestar a David. Khalid, el hijo del Jeque, y que se ha hecho muy
amigo de David en estos cuatro años, le explica a Grant que, para evitar el fin
de su proyecto, David y Khalid planean la falsa muerte de aquél, para ver si el
revuelo internacional causado por esta tragedia hacía cambiar de opinión a la
compañía. A Whitaker sí, por lo menos, porque ahora quiere seguir con las
perforaciones iniciadas por David.
Grant se reúne con el
"resucitado" David, quien, al ver el fracaso de su plan, decide
volver a Saraifa. Pero al llegar descubren que, de forma inesperada, los de
Hadd han atacado la ciudad y matado al Jeque y a Khalid. Deseoso de venganza,
David y cuatro voluntarios revientan varias fuentes de agua de Hadd y se
refugian en un fuerte abandonado que domina la ciudad, y que, por su altura y
disposición, es fácilmente defendible por un grupo tan pequeño. (En realidad,
es muy poco verosímil que desde un fuerte se tenga en jaque a toda una ciudad,
sobre todo porque David sólo dispone de fusiles.)
David le pide a Grant que se vaya
para que cuente la historia, a ver si el gobierno británico se decide a
intervenir en la zona. A pesar de que la noticia pronto se publica en todo el
mundo, y la opinión pública británica está a favor de David, el gobierno no
actúa.
El Emir de Hadd hace una oferta
para que los británicos saquen a David, sin daño, pero éste no se fía. El Emir
entonces obliga a Whitaker a que sea él quien lo saque. Pero en el encuentro
Whitaker muere y el Emir acusa a David de ser el responsable. Finalmente el
gobierno británico da orden a sus tropas de rescatar a David, pero luego es
acusado de asesinato, de ahí el juicio con que se inicia la novela.
Las páginas dedicadas al juicio son
pocas y se explican demasiados acontecimientos de forma muy apresurada. David
sostiene que su padre fue asesinado por los de Hadd con un disparo de fusil,
pero la autopsia revela que murió de un disparo de pistola a bocajarro. Es
Gorde quien revela el misterio (de forma muy precipitada) tras haberlo
investigado por su cuenta: Whitaker quería unirse a David en el fuerte, no sólo
por apoyar su causa, sino también porque el Emir le había amenazado de muerte
si fallaba en sacar a David. Pero David, que no sabía nada de estas amenazas,
no dejó entrar a su padre para no ponerlo en peligro. Como única solución para
ayudar a David, y ya que su vida estaba amenazada igualmente, Whitaker se
suicida.
Visto que la sentencia va a ser de culpabilidad, Gorde le hace llegar dinero a David para que soborne a los guardias y se fugue, y luego se lo lleva a Saraifa para que inicie la perforación de los pozos en litigio (sin que ahora los de Hadd pongan ninguna pega).
Grant y Sue se casan.
Todo acaba bien para todo el mundo, menos para el insatisfecho lector.
LA
FURIA DEL ATLÁNTICO (Atlantic fury, 1962)
Luis de Caralt, Colección Gigante (1964)
Ilustración de portada de Vicente Ballestar
Localizada principalmente en la
imaginaria isla de Luerg, a 80 millas al oeste de las Islas Hébridas
exteriores, al oeste de Escocia, que fue evacuada de civiles, luego convertida en
estación de seguimiento de los cohetes experimentales de la isla de Harris, y
ahora evacuada de forma definitiva.
Igual que en "El oasis condenado", la narración
empieza después de que se haya producido un desastre (en este caso, las
víctimas causadas durante el proceso de evacuación), para luego retroceder en
el tiempo y explicar el origen de todo.
El protagonista es el pintor Donald
Ross, cuyo hermano Iain fue arrestado por deserción durante la guerra (la
Segunda Guerra Mundial, por supuesto). El barco que lo llevaba preso a
Inglaterra es torpeado en febrero de 1944, causando la muerte de Iain y otros
muchos. Ahora aparece un abogado, Ed Lane, que podría conseguir una sustanciosa
herencia para su mujer si lograra demostrar que George Braddock, el comandante
al cargo de la evacuación de la isla, en realidad murió en el naufragio y es
Iain Ross quien ha suplantado su personalidad.
Donald Ross, intrigado por la
posibilidad de que Braddock sea su hermano, se dirige a la base de proyectiles
de Northon, donde éste se encuentra destinado.
Allí conoce a Marjorie Field, que
será el interés romántico de la historia, aunque, como casi siempre en nuestro
autor, apenas tienen escenas juntos, y Ross está demasiado distraído con sus
problemas como para poner demasiado interés en buscar su compañía.
Nada más ver a Braddock, Ross se da
cuenta de que es su hermano.
El grave defecto de la historia es
que resulta absurdo creer que Iain se haya pasar por Braddock sin que nadie en
el ejército se haya dado cuenta del cambiazo. ¿Es que cuando se reintegra al
servicio, ya no coincide nunca con ningún antiguo superior o subordinado?
Ross consigue permiso para viajar a
la isla, de la que es originaria su familia, y que siempre quiso visitar.
Embarca en un LCT o lancha de desembarco, que es enviada para evacuar a un
herido grave. La travesía en la mar revuelta es narrada con detalle y verosimilitud
(ya saben, el punto fuerte de su autor). Cuando anclan en la bahía, sobreviene una
tempestad. No consiguen escapar a mar abierto y la tormenta los lanza contra
las rocas. Ross consigue llegar a la isla pero un grupo de supervivientes queda
atrapado en los arrecifes. Un primer intento de mandarles ayuda por avión y
helicóptero se salda con un desastre.
Braddock, que fue quien ordenó
iniciar la evacuación a pesar de los malos pronósticos meteorológicos, ha sido
arrestado por ello por su superior, pero, como éste ha sido una de las víctimas
del helicóptero de rescate, es ahora restaurado en su puesto y se hace cargo de
las operaciones. En un remolcador consigue rescatar a la mayoría de los
supervivientes. Luego intenta esconderse y quedarse solo en la isla (ya se
insinuó antes que Braddock había demostrado gran interés en los últimos tiempos
en visitar la isla) pero no lo consigue.
Finalizada la operación, se le abre
consejo de guerra a Braddock por el asunto de su arresto previo. Durante el
juicio se muestra nervioso y se le acaba por declarar una depresión y pérdida
de memoria. Se le interna en un hospital, lo que aprovecha para fugarse.
Donald sospecha que todo es un truco
para volver a Laerg, y hacia allá se dirige él también.
Marjorie le
ayuda pero sus escenas tienen poco calado sentimental y al final no se menciona
en qué acaba su relación.
Tras un largo
viaje en lancha, Ross se reúne con Iain en la isla y se descubre el misterio. No
se trata de que Iain asesinara a Braddock para ocupar su lugar. En realidad,
Braddock sobrevivió al naufragio, pero quedó muy mal herido. Iain le cuidó en
lo que pudo y Braddock en agradecimiento le regaló sus efectos personales y le
contó detalles de su vida, para facilitarle el cambio de personalidad. El
secreto es que los dos supervivientes, para poder sobrevivir hasta que fueran
rescatados en Laerg, tuvieron que comerse el cadáver de uno de sus compañeros.
Y esto es lo que le remordido la conciencia a Iain todo este tiempo.
Ahora consigue
por fin destruir los restos de huesos y luego se tira de lo alto de un
acantilado.
Lo raro es que
en el último párrafo se insinúa que, a lo mejor, se fugó con un pesquero espía
soviético que llegó a la isla para ver lo que se podían llevar de los restos de
la base. No sé si se trata de un giro absurdo de la trama, de una mala
traducción, o de que falta alguna parte del texto, porque hay otros pasajes
anteriores de la novela que también resultan un poco raros.
En cualquier
caso, para ser la última novela que he leído de Hammond Innes, coinciden en ella su principal defecto (una trama
inverosímil) y su mayor virtud (una descripción realista y absorbente de la
indefensión del ser humano frente a la furia desatada de los elementos
atmosféricos).
Después de esta novela de 1962, publicada en España en 1964, el autor escribió otras doce más, hasta 1996, pero aquí sólo pudimos leer una recopilación de artículos de viajes titulada "Al final de la jornada" (Harvest of journeys, 1960) y el ensayo "Los conquistadores españoles" (The conquistadors, 1969). La segunda etapa de su obra literaria se la tragó el océano de la indiferencia editorial española.
BIBLIOGRAFÍA:
- 1937. The
doppelganger
- 1937. Air
disaster
- 1938. Sabotage
broadcast
- 1939. All
roads lead to Friday
- 1940. Wreckers must breathe
- 1940. The Trojan horse (El caballo de Troya)
- 1941. Attack
alarm
- 1946. Dead and alive
- 1947. The killer mine
- 1947. The
lonely skier (El esquiador solitario)
- 1947. Tales of old inns (Director)
- 1948. Maddon's Rock
(La
isla de Maddon)
- 1948. The blue ice (El hielo azul)
- 1949. The white South (Infierno blanco)
- 1950. The angry mountain (La montaña furiosa)
- 1951. Air
bridge (Puente aéreo)
- 1952. Campbell's kingdom (El reino de Campbell)
- 1954. The
strange land
- 1956. The "Mary Deare" (El
barco sin puerto)
- 1958. The
land God gave to Cain (La tierra de Caín)
- 1960. The
doomed oasis (El oasis condenado)
- 1960. Harvest of journeys (Al final de la jornada) (Artículos de
viajes)
- 1962. Atlantic fury (La furia del Atlántico)
- 1963. Scandinavia
(Libro de viajes)
- 1965. The Strode
venturer
- 1967. Sea and islands (Artículos de
viajes)
- 1969. The conquistadors (Los conquistadores españoles)
- 1971. Hammond Innes introduces Australia (Libro de viajes)
- 1971. Levkas
man
- 1973. Golden
soak
- 1975. North
star
- 1977. The big
footprints
- 1978. The
last voyage: Captain Cook's last diary
- 1980. Solomon's
seal
- 1982. The
black tide
- 1985. High stand
- 1986. East Anglia (Libro de viajes)
- 1988. Medusa
- 1991. Isvik
- 1993. Target Antarctica
- 1995. The New Yorker desk diary (No ficción)
- 1996. Delta connection
Libros infantiles con el pseudónimo Ralph Hammond:
- 1950. Cocos gold
- 1951. Isle of strangers
- 1952. Saracen's tower
- 1953. Black gold and double diamond
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