Desde
que supe de su existencia, me ha llevado tan sólo unos 30 años conseguir esta
novela. La recompensa a tanto retraso es que, gracias a Libros Alcaná (c/
Marqués de Viana nº 52, Madrid, teléfono 91.220.42.63, www.libros-antiguos-alcana.com)
he conseguido un ejemplar que está como nuevo, y a un precio de risa. La parte
mala es que será, seguramente, la última novela suya que pueda leer en
castellano. Cada vez que le sugiero/suplico a Alfredo Lara que publique algo de
Borden Chase en su colección de
novela del Oeste "Frontera", en Editorial Valdemar, me ignora
educadamente, a pesar de que la otra única obra suya editada en castellano (el
clásico "Río Rojo", en la
colección argentina "Suplemento de Rastros") no sólo es inencontrable
(el único ejemplar que he visto nunca es el mío), sino que tiene toda la pinta
de ser una edición resumida.
"Estrella del destino" es la adaptación
en forma de novela de la película "Estrella
del destino" (Lone star,
1952), dirigida por Vincent Sherman,
y escrita por el propio Borden Chase,
sobre un cuento inédito suyo que, a su vez, se basa un argumento para cine de Howard Estabrook (enrevesada situación
sobre la que no he podido encontrar dato alguno).
La
película fue editada en 2010 por Impulso Records en un DVD con una calidad de
imagen bastante decente, y con la versión original en inglés y subtítulos en
castellano. Si acaso, por buscarle algún defecto, la carátula reproduce el
póster original de cine casi entero...
La
acción transcurre en la República de Texas, en diciembre de 1845, con el país
dividido en dos bandos que se odian a muerte. Por un lado están los que creen
que la única forma de mejorar el comercio y la economía es la anexión a los
Estados Unidos, y por otro los que quieren seguir siendo independientes y
pactar en cambio con Méjico. Devereaux
Burke (un personaje hecho a la medida de Clark Gable) trabaja a favor de la anexión, a cambio de un contrato
de venta de su ganado al ejército de los Estados Unidos. Su rival es Tom Craden (Broderick Crawford), otro ganadero, quien, en la mejor tradición de
las historias de Borden Chase, es
básicamente la otra cara de la moneda de Burke:
ambos personajes son de personalidades muy similares, basadas en la dureza y en
el individualismo, y podrían ser los mejores amigos del mundo, sino fuera
porque, a la hora de afrontar la crisis en la que se resuelve la trama, toman
decisiones morales opuestas.
Otras
marcas de la casa son los personajes femeninos inusualmente fuertes y
resueltos, tanto el interés amoroso del héroe (la periodista Martha Ronda, contraria a la anexión y
muy unida a Craden, interpretada por
Ava Gardner), como el contacto de Burke con el gobierno de Estados Unidos
(Minniver Bryan, un personaje que
cualquier otro escritor hubiera caracterizado como un hombre).
La
trama se desarrolla con ritmo e interés, huyendo siempre de los tópicos y de
los diálogos más sobados del género.
Un
pequeño defecto que desluce el producto final es lo poco adecuado que resulta Broderick Crawford como antagonista de
un gigante como Clark Gable. Para
sacar el mayor partido a la mitología de Borden
Chase, es vital que los actores que encarnan a los dos personajes principales
tengan el mismo carisma. Véase por ejemplo el brillante resultado de enfrentar
a Gary Cooper con Burt Lancaster en "Veracruz".
Lo
que sí resulta un grave defecto es la escena final: como el ex-presidente Sam Houston está en territorio indio,
es Martha Ronda quien publica en su
periódico que Houston apoya la
anexión, lo cual tiene un gran efecto en la opinión pública; viendo perdida su
causa, Craden y los suyos deciden
impedir que el Senado se reúna y vote en contra del tratado de alianza con
Méjico que ellos defienden; se entabla una batalla campal donde los tejanos se
matan entre sí sin ningún reparo moral; Burke
y Craden tienen una larga pelea mano
a mano, que sólo termina cuando hace su inesperada aparición Sam Houston, con las nuevas de que el
ejército mejicano avanza contra Tejas para reconquistarlo, al mismo tiempo que
lo hacen las fuerzas enviadas por el gobierno de los Estados Unidos para
defender su futuro nuevo estado. Los supervivientes de la batalla se dirigen
inmediatamente hacia el sur a combatir al invasor. El último plano de la
película muestre a Burke y Craden cabalgando juntos, la mar de
contentos, haciendo caso omiso de los cadáveres que dejan a sus espaldas.
Lo
interesante de haber leído por fin la novela es poder contrastar ambas versiones
de la misma historia y descubrir que, una vez más, la literaria es muy superior
a la cinematográfica.
El
personaje protagonista (aquí llamado Devlin
y no Devereaux) está muchísimo mejor
perfilado. En los tres primeros capítulos se cuenta su vida previa a lo
acaecido antes de la primera escena de la película: la destrucción de su hogar
durante la guerra contra el Méjico del General
Santa Anna en 1836, y sus esfuerzos por ganarse la vida en la nueva
república, hechos trágicos que le van transformando de un patriota a un hombre
que sólo mira por sus propios intereses.
Se
denuncia también un aspecto injustamente relegado por la historia oficial de
los Estados Unidos: aunque los colonos que se levantaron contra Santa Anna eran tanto estadounidenses
como mejicanos, con la independencia los estadounidenses empezaron a
considerarse ellos mismos como los únicos auténticos "tejanos" y a
marginar y segregar a sus antiguos hermanos hispanos. (El sueño de libertad e
igualdad de los héroes de El Álamo duró bien poco, la verdad.)
Las
escenas románticas entre Burke y Martha tienen una sensualidad de la que
carece la película, aunque la culpa, en este caso, no es de los cineastas sino
de los códigos morales de la industria de la época.
Sin
embargo, la diferencia más sorprendente entre ambas obras tiene lugar en el
desenlace. En la novela, quien intenta impedir que se reúna el senado tejano no
es Craden sino Burke. Los intentos de Burke
por convencer al senado de que el ausente Sam
Houston está a favor de la anexión son inútiles y, para evitar que el
senado vote a favor del tratado con Méjico que defiende Craden, antes de que el propio Houston
se haga oír en persona, es Burke
quien lo asalta, y Craden quien lo
defiende. La llegada de Houston pone
fin a la batalla. Se establecen nuevos contactos con el gobierno de Estados
Unidos, que garantiza el envío de tropas en caso de guerra con Méjico, y el
senado de Tejas aprueba finalmente la anexión. Cuando el ejército mejicano invade
Tejas, el furioso Craden ataca a Burke, como en la película, pero luego
se retira a defender su rancho. Cuando Burke
se entera de que el ejército estadounidense ya está llegando, corre al rancho
de Craden a ayudarle, pero éste acaba
por morir en el combate contra los mejicanos. La última escena es la de Burke y Martha iniciando su nueva vida juntos.
Desconozco
la historia de la producción de la película, pero me parece claro que su final
es ajeno a las manos de Borden Chase.
No
es la primera vez que ocurre una situación parecida. En la película "Río Rojo" (1948), Chase escribió el guión adaptando su
propia novela, pero luego el director Howard
Hawks contrató a otro guionista (Charles
Schnee) para reescribirlo. A falta de poder comparar ambos guiones, y
usando tan sólo la novela como referencia, la principal diferencia recae de
nuevo en la resolución final de la trama: la enfrentamiento entre el tiránico John Wayne y su hijo adoptivo Montgomery Clift no termina con la
inevitable muerte de Wayne, sino que
la heroína Joanne Dru les convence para
que dejen de pelearse con un sermón de lo más ridículo. Final feliz. Y Howard Hawks tan tranquilo.
En
las mejores obras de nuestro escritor, el héroe y su reverso pueden compartir
su destino durante un tiempo, pero, al final de la historia, sólo puede quedar
vivo el lado heroico del protagonista, después de haber tomado a última hora la
decisión moral correcta. El lado tenebroso se desvanece para siempre.
Ficha técnica de la película:
"Estrella del destino" (Lone star, 1952)
Director- Vincent Sherman
Guión- Borden Chase, de su cuento inédito, a su vez
basado en un argumento para cine de Howard Estabrook
Productor- Z. Wayne Griffin
Una
producción Metro-Goldwyn-Mayer
Director
de fotografía- Harold Rosson (BN)
Montaje- Ferris Webster
Efectos
de montaje- Peter Ballbusch
Música- David Buttolph
Canción- "Lovers were meant to cry" (Sin
acreditar) de Charles Wolcott (Música) y Earl K. Brent (Letra), cantada
por Ava Gardner
Ayudante
de dirección- Sid Sidman (Sin acreditar)
Supervisor
de maquillaje- William Tuttle
Supervisor
de sonido- Douglas Shearer
Sonido
directo- Robert Lee (Sin acreditar)
Mezcla
de post-producción- Tom Gunn (Sin
acreditar)
Director
artístico- Hans Peters / Supervisor- Cedric Gibbons
Ambientador
de decorados- Alfred E. Spencer / Supervisor- Edwin B. Willis
Diseñador
de vestuario- Gile Steele
Efectos
especiales- A. Arnold Gillespie, Warren Newcombe
Clark Gable ( Devereaux Burke )
Broderick
Crawford ( Tom Craden )
Ava Gardner ( Martha Ronda )
Beulah Bondi ( Minniver Bryan )
Moroni Olsen ( Sam Houston )
Lionel
Barrymore ( Andrew Jackson )
LOS
HOMBRES DE BURKE
James Burke ( Luther Kilgore )
William Conrad
( Mizette )
Ric Roman ( Gurau )
Trevor
Bardette ( Sid Yoakum )
Ralph Reed ( Bud Yoakum )
Harry Woods ( George Dellman )
POR
ORDEN DE APARICIÓN:
George
Hamilton ( Noah, el esclavo de Andrew
Jackson )
Charles
Cane ( Mr. Mayhew, aliado de Craden )
Roy Gordon ( Mr. Colby, invitado de Andrew Jackson )
Stanley
Andrews ( Mr. Thompson, invitado de
Andrew Jackson )
James
Harrison ( el conductor de la diligencia
)
Earle
Hodgins ( Windy Burton, el agitador
callejero )
Emmett
Lynn ( Josh, el impresor de Martha )
Nacho
Galindo ( Vicente, el capataz de Craden
)
LOS
SENADORES
Ed Begley Sr. ( Claud Demmet )
William Farnum ( Tom Crockett )
Russell
Simpson ( Maynard Cole )
Lucius Cook ( Seth Moulton )
Julian
Rivero ( Francisco, en la cocina de
Craden )
Tony
Roux ( Chico, en la cocina de Craden )
Robert
Foster Dover ( Geronimo )
Jonathan
Cott ( Ben McCulloch, el guardia del
Congreso )
Victor
Sutherland ( Presidente Anson Jones )
Dudley
Sadler ( Secretario de Estado Ashbel
Smith )
Lowell
Gilmore ( Capitán Elliott, del ejército
inglés )
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