Esta entrevista fue realizada por teléfono el 25 de mayo de 2021 por Miguel Ángel Ferreiro [responsable también de las acotaciones entre corchetes], como investigación previa a la reseña publicada en este blog el 31 de mayo del álbum "Érase una vez..."
Esteban Maroto en el festival Curtas de Vilagarcía de Arousa, fotografiado por Juan Jesús Pesado el 26 de octubre de 2018 |
(Sobre el álbum ÉRASE UNA VEZ, recién editado por PLANETA
CÓMIC, donde se recopilan en blanco & negro diversas historias aparecidas
originalmente en revistas de WARREN PUBLISHING y de TOUTAIN EDITOR.)
El libro este lo que tiene, era una mezcla de las
cosas antiguas, arregladas, porque algunas de las historias no me las habían
devuelto, se habían perdido los originales, en fin... Y luego hice unas cosas
nuevas: el cuento de Caperucita Roja y otros dos o tres
eran nuevos. Los guiones sí que son los que yo... los he vuelto a rehacer ahora
y son los que yo había hecho, porque Jim
Warren lo que hacía era que lo cambiaba, él y Bill DuBay hacían lo que les daba la gana. Era una época muy
extraña, muy especial. Había que trabajar y lo que fuese. Ahora lo que he
pretendido, afortunadamente con esta gente de Planeta sí que se puede montar lo que yo había pensado y tengo que
aprovecharlo para hacer esto, y en esas estamos.
La historia de CAPERUCITA ROJA es completamente nueva.
Sí, sí, sí, nueva.
Y luego lo que sí está montado también todo de
nuevo es La Bella Durmiente [publicado en Vampirella #58 de Warren como The Sleeping Beauty] y La
Sirenita [publicado en Vampirella #60 como Fallen
angel] porque ahí Bill DuBay
había cambiado toda la idea, como había hecho también con Paraíso [que transformó
en Eerie
#70 en Oogie and the junkers] y otra cosa con la madre y otra
cosa muy extraña y muy rara. El guión todo es nuevo y hay muchas viñetas
arregladas. Está montado todo de... aprovechando todos los dibujos antiguos,
está montado todo de nuevo.
Entonces los
nuevos dibujos para LA BELLA DURMIENTE
y LA SIRENITA los ha hecho ahora
expresamente para este álbum.
Sí, sí, sí. Lo que estaba antiguo, lo que sí se ha
respetado, porque eso sí que me lo había dejado (igual) era El
lago de los cisnes y Caza de lobos, ese sí que eran los
antiguos.
El guión [de Caza de lobos] no era mío, eso era
una idea... Esa es la primera historia que se dibujó para Warren. Warren mandó una
especie de dibujos bastante malos, entonces me pidió que si yo podía adaptar
esa historia. Yo la adapté, le gustó mucho, y se publicó. Fue la segunda... la
primera historia que publicó Warren
fue una historia de Luis Martínez Roca...
aunque fue la primera que se hizo, se publicó la segunda, fue en el Vampirella
#14 [Noviembre 1971].
Estoy muy contento del resultado del libro por eso,
sobre todo porque se vea el tamaño de los dibujos y sobre todo que sean los
guiones que yo había pensado, porque salía de una manera completamente
deslavazada, era una falta de respeto por la creatividad tremenda. Y esto es lo
que me ha impulsado y lo que tengo ganas ahora de seguir haciendo, con esta
gente de Planeta, que parece que sí
que está funcionando.
El problema ahora es que las tiradas y los
ejemplares que se venden, la verdad es que se está vendiendo muy poco, no
porque sea lo mío, sino todo en general. La cantidad de publicaciones que hay
ahora en el mercado, y los otros medios de difusión, como los videojuegos, como
las series, como todo esto, están limitando las tiradas de los cómics, no
solamente aquí en España, sino en Estados Unidos, en Italia, en Francia, en
todas partes.
La ventaja que tiene esto, sin embargo, es que hay
un grupo muy especial de gente que le sigue gustando este mundo del papel y de
los cómics, y principalmente a ese mundo es al que yo me quiero dirigir y al
que a mí, mientras que funcione, y los números salgan más o menos bien, eso es
lo que será interesante de hacer. Imagínate que entre esos pues estás tú y otro
grupo bastante importante de gente, que son muy fieles al papel tradicional y a
la manera tradicional de hacer las cosas.
No me gusta demasiado el mundo digital. Está muy
bien, está muy bien hecho, es todo una maravilla pero, para mi punto de vista,
se está perdiendo la creatividad. Ahora es muy difícil reconocer los dibujos de
alguien por el estilo, te da la sensación de que todo el mundo sea igual. Eso
es lo que sí me gustaría de alguna manera recuperar.
(Sobre los
salones de cómic.)
En Vilagarcía de Arousa, en Curtas, es donde hacen las cosas bastante bien, ahí y la gente de
Avilés, son la gente que más me gusta a mí de cómo llevan todo este mundo de
los cómics, porque ahora, donde es un verdadero desastre es aquí en Barcelona.
Aparte de que han entrado como una especie de mafias ahora que se han juntado y
se lo... bueno, es eso, en cuanto que entra el mundo digital parece que se acabe
el mundo (risas).
Lo bueno es el contacto, cuanto más directo sea el
contacto, y que haya una intercomunicación, que no sea sólo soltar un rollo,
que además siempre acabamos pegando el mismo rollo nosotros los artistas, sino
saber qué es lo que le interesa a la gente, porque a mí lo que me hace gracia
es conocer la opinión de la gente, saber por dónde... si estoy más o menos
equivocado, si voy bien, si esto le interesa a la gente o no le interesa. Eso
es muy importante, conocer la op¡nión de la gente. Como tú dices también, han
desaparecido las revistas donde se hacía un poco de crítica de las cosas y de
las obras que salían. Ahora parece que sólo haya el que está dentro de unas
redes, un poco clientelar, que parece que sea sólo lo único que funciona y lo único
que se haga. Y no, afortunadamente ahora hay bastantes cosas, y mucha gente
haciendo cosas nuevas, intentando luchar e intentando abrirse un camino con
esto. Y en eso es en lo que me gustaría a mí estar.
Lo que sí que a la vez me gusta es seguir un poco
la tradición, porque parece que se haya olvidado un poco. Para mí el cómic es
un medio de expresión para decir precisamente lo que se quiera, pero tiene al
final un poco de utilidad, de que sea práctico. Y sobre todo de que entretenga,
de que sea un poco divertido, porque ahora si no parece que todo tengan que ser
cosas trascendentales.
O eso, o si no, el mundo de los superhéroes, es que
aquello no... a mí sinceramente, a los dos minutos me pasa lo mismo con las
películas que con los cómics, que están muy bien hechos, pero es que no te
acaba de... no te interesa, a mí por lo menos. Curiosamente, sin embargo,
parece que no, que a muchísima gente lo que le interesa es esto, esta cosa de
los efectos especiales y los digitales. Pero luego, a la hora de leerlo, es
bastante penoso, por lo menos para mí. A la segunda página ya parece que te lo
sepas todo. Luego ese concepto del superhéroe... a mí me gusta el héroe, que se
lo pasa mal, que tiene problemas, que tiene dificultades pero que lucha contra
ellos y los resuelve. (Al superhéroe) no hay manera de matarlo, si no tienes
ningún defecto, ya me contarás, eso es imposible.
Es que en
Estados Unidos, que es el mercado más grande, por alguna razón, el superhéroe
es el que ha triunfado.
¿Sabes cuál es la razón? Que los americanos lo
dejan o prácticamente lo regalan. Entonces al editor no le cuesta absolutamente
nada, sólo le cuesta lo que le cuesta el papel y lo que le cuesta la imprenta,
pero no tiene que pagar derechos. Porque además, claro, es un medio de propaganda
brutal para las películas. Alguien me preguntó por la diferencia entre los
cómics y el cine. Fíjate que antes no había ninguna cosa de cómic en el cine, y
ahora justamente es al revés, todas las principales producciones están basadas
en personajes de cómic. Está siendo un fenómeno, ya los ves, a Wonder Woman, el Aquaman, el Superman, el
Batman... Muchísimas de las ideas de
otras de las películas vienen más del mundo de los cómics que del mundo
literario.
Yo soy partidario de que en el cine debería haber
muchas cosas de todo, que sería la ventaja, que haya de superhéroes, por
supuesto, y tenía que haber manga, y tenía que haber romántico... Lo que pasa
es que ahora parece que, cuando se ponen, son un poco como de piñón fijo,
cuando les da por una cosa parece que sólo exista eso. Eso es lo que sí que
molesta. Precisamente la ventaja es la diversidad de todo lo que a mí me hace
gracia, que seas tú el que puedas escoger las cosas. Es lo que está siendo
ahora uno de los problemas, que claro, hay tantas cosas que es completamente
imposible, te tienes que fiar de alguien, o de tu instinto, o cuando encuentras
un hilo, pues empezar a tratar de seguir ese hilo, pero cada vez está más
manipulado, porque esa es otra, te dicen cómo tienes que pensar, te dicen cómo
tienes que vestir, lo que tienes que comer y lo que tienes que hacer.
Ahora ya es el colmo, te dicen hasta lo que tienes
que respirar, con esto de la pandemia ya es el colmo, ha sido un ataque a la
libertad pero frontal, frontal. Han convertido un problema sanitario en un
problema político, que a mí me da la sensación de que se les ha ido un poco de
las manos. Vamos a ver si conseguimos reconducirlo un poco esto, porque me da
la sensación de que no hay manera de vivir, esto de que te digan cuándo puedes
salir, cuándo puedes entrar, esto es una cárcel total. Había la manipulación de
George Orwell, del Gran Hermano, del
control, pero claro, de alguna manera la gente se podía, entre paréntesis,
rebelar. Pero esto te lo han puesto de una manera que no, que no hay manera de
dar la opinión. Aprovechando y diciéndote que no, que es por tu salud, la salud
mental también cuenta. Tener a una persona encerrada dentro de unos límites es
bastante complejo.
Yo, al final, soy bastante optimista porque el ser
humano tiene una cosa buena que es la facultad de pensar y decidir. Contra eso
es contra lo que se ha de luchar ahora un poquito más, contra que no nos
condicionen y no nos digan lo que tenemos que pensar, que es un poco lo que
está empezando a pasar ahora. Eso es lo que sí que me asusta. Antes había una
serie de gente, entre paréntesis, de intelectuales, que tenían un criterio
propio y ahora me da la sensación que cada vez hay menos de esto, que cada vez
hay más gente integrada dentro del sistema, sólo faltaba la inteligencia
artificial para que nos vayan dejando más a un lado a la gente que nos gusta
pensar y que nos gusta la libertad.
(Sobre la
relación de trabajo con PLANETA CÓMIC.)
Con Planeta
el problema es que ellos lo de los cómics le dan una importancia relativa, su
mundo son las novelas, ellos con lo que funcionan es con las novelas. Con David Hernando, el director de Planeta Cómic, me llevo estupendamente,
es maravilloso, me deja hacer lo que yo quiera, más o menos entre paréntesis.
El problema que hay también es la compensación económica, pero eso ya no es un
problema del grupo de cómic dentro de Planeta.
Tendría que existir una mayor promoción, pero por
lo que sé, me imagino que no podrán. Se concentran más en las novelas, en el
mundo editorial de la narrativa, que no en el mundo de los cómics. Menos mal,
afortunadamente, que lo siguen haciendo. Mientras que me dejen, trataré de
seguir haciéndolo. De momento parece que me van dejando, no sé cuánto tiempo lo
harán, pero bueno. Me imagino que es una cuestión de números, de tiradas.
Lo que sí que tengo es una ventaja, que tengo mucha
amistad con el chico que hace las grabaciones, las impresiones, las maquetas, y
me hace mucho caso. Es un producto del que yo estoy muy satisfecho. Incluso las
portadas con Santi Casas, yo hago el
dibujo a lápiz y le digo, "Pues mira, quiero que sean estos colores, y que
sea esto otro, etc.". De eso estoy bastante satisfecho.
Lo único que pasa es que la remuneración económica
es muy escasa. Antes se vivía más o menos bien, pero cada vez está siendo más
complicado vivir solamente de esto.
Y hay un problema añadido, que dentro de poco
tendré 80 años. Afortunadamente la cabeza y la mano todavía me funcionan, pero
en algún momento... Yo he vivido siempre de mi trabajo, no quiero vivir de
pensiones, ni de familias, ni de nada de nada. Porque aparte es una miseria lo
que te ofrecen, que te ofrezcan seiscientos o setecientos euros al mes, ya me
contarás, eso es una limosna. Y además resulta que si lo coges eso (la
pensión), resulta que no puedes hacer entonces lo otro (hacer algún trabajo
suelto). Esto es un verdadero desastre. Pero bueno, aguantaremos, no hay
problema.
En este álbum se les ha olvidado poner quién ha
hecho la maqueta. Se llama Cesc Bozzo
[con su compañía iScriptat] y su
esposa [Lídia Estany], que son los
que diseñan la maqueta, aunque yo les comento cómo lo quiero. Su ayuda es
imprescindible para mí, que soy casi un analfabeto con la informática. Ellos
recogen el material que yo les proporciono, a veces unas fotocopias o páginas
de cómics de muy mala calidad, y hacen verdaderos milagros con las maquetas,
los escáners y los rótulos, aparte de ser unas maravillosas personas y unos
excelentes profesionales.
Esto es un poquito de, no de falta de interés, sino
falta de... no sé cómo calificarlo. El grupo de los cómics (de Planeta) está muy bien y son
maravillosos, pero falta la dirección superior que le echase un poco más de...
Faltan editores con categoría, que de verdad les guste. Y luego falta muchísima
promoción en los medios, en las redes sociales, y tiene que haber promoción en
la televisión. Mientras que no se consiga esto, es muy difícil. Pero hay que
seguir luchando con eso, es de lo que se trata.
El producto está muy bien hecho y yo estoy muy
contento y muy satisfecho. No hay ningún problema de censura ahora,
afortunadamente, por ningún lado, y la única cosa que hay es el problema
económico. De momento se va aguantando. Nosotros es poner toda la carne en el
asador para que la cosa funcione, luego ya depende del público. Y yo también lo
entiendo, ahora lo que está pasando es que hay una invasión de productos,
fíjate la cantidad de cosas que salen al mes, y claro, es muy difícil, si hay
un tanto por ciento de público, la competición es brutal.
(Sobre las
historias EL LAGO DE LOS CISNES, LA BELLA DURMIENTE y LA SIRENITA, que se publicaron coloreadas en las revistas de
TOUTAIN.)
Eso no era color, era falso offset. Yo no
intervenía absolutamente para nada en eso. Se le daba a un grabador y el
grabador ponía los colores que le daba la gana y hacía lo que le daba la gana.
A mí no me ha gustado nunca ese tipo de color. Para
hacer una cosa en color, la tienes que pensar en color, aunque sea con color
digital. En eso son muy buenos los franceses, que sí que hacen un tipo de
color, pero porque está muy dirigido a veces por el artista, y eso sí que me
gustaría. Es lo que está pasando ahora un poco con el color digital: o tienes
una idea muy clara y lo haces muy bien, o si no... Para mi gusto, da un
resultado de cara a la gente, pero se pierde un poquito de... artístico, como
si dijéramos.
Yo prefiero una portada cuando las pintaba, y había
hecho muchas portadas. Pero pintar una portada completamente requiere mucho
tiempo, y ahora no te compensa, porque ahora el color digital, resulta que en
una mañana te puedes colorear varias páginas, que colorearlo a mano, que era un
proceso completamente diferente. Yo lo he intentado hacer, esto del color
digital, y ni me sale, ni me gusta, y a partir de un momento dices "no,
no, no quiero entrar en esto".
A mí me gusta mucho el lápiz y la tinta, el blanco
& negro a mí me gusta. Conozco a mucha gente que le hace gracia lo del
color, y si lo hace bien, por supuesto que está muy bien. Hay algunos álbunes
franceses que son maravillosos, alguna cosa italiana también está muy bien
hecha.
Lo que sí que es muy importante es la idea. Eso es
lo que veo que ahora está fallando. Hay que tratar de acertar con la idea, con
lo que quieres hacer. Eso es lo fundamental. Hay dibujantes sensacionales pero
lo que pasa, para mi gusto, es que les falta un poquito de alma. Hacen unos
escorzos y es una verdadera maravilla cómo está dibujado, pero da la sensación
de que te cansa.
Cuando yo empezaba de jovencito, había un dibujante
que se llamaba Manolo Zata, que
ahora no lo conoce casi nadie. Era una maravilla. Hizo muy poca cosa de historieta,
Quique
Banderas y Capitán Martín, de la Patrulla de los Diamantes. Lo que él
decía es que lo que gusta de los dibujos a veces es los defectos, y sí que es
verdad. Es curioso, te llama la atención lo que hace el Tarzán ese tan rebuscado, y eso te hace gracia.
Yo todo lo que hice de Aquaman [The Atlantis Chronicles] ahí no
intervine yo para nada con lo del color, hicieron un color que a mí
sinceramente no me gustaba nada. El Vlad Drácula tampoco, que había
salido en Estados Unidos en color, y a mí me gusta más esta edición que se ha
hecho aquí por Planeta en blanco
& negro, y no la edición americana.
Uno de los problemas con los que me estoy
encontrando es que muchas de las cosas de las que yo tenía, no me habían
devuelto los originales. Algunas cosas, de lo que me hace gracia, lo estoy
volviendo a dibujar. Lo que pasa es que algunas cosas son irrepetibles. Ahora,
afortunadamente, con lo de los escáners, si tengo una buena reproducción, sí
que puedo sacarle partido. El problema es que muchas de las cosas no están bien
reproducidas.
O se han perdido. Se han perdido, o directamente
los robaron. Casi todo el material de Warren
lo sustrajeron cuando se vendió (la editorial) y ahora, de vez en cuando,
aparece por ahí gente que vende los originales. Alguna vez que he intentado
decir, claro, no puedes hacer nada, porque muchas veces lo que ha pasado es que
alguien lo ha comprado con toda su buena fé, y no es el tío que lo ha robado,
es una persona que lo tiene porque lo ha comprado de una manera dijéramos
legal, y no puedes hacer nada contra esa persona.
La edición de Cinco por Infinito, la buena, es la
que ha hecho Glénat. Yo antes había
hecho Alma de dragón y Wolff, pero era todo esto que te
estoy contando de la manipulación de los originales y cambiar los guiones.
Lo primero de todo que dibujé fue una cosa que se llamaba El Príncipe de Rodas. Eran los típicos cuadernos que salían semanalmente. Yo debía tener unos 15 ó 16 años. Hice unos cuantos, debí hacer unos 30 ó 40 por lo menos. Me pasó una cosa muy curiosa. Los originales también se perdieron y una vez en el Mercado de San Antonio, aquí en Barcelona, consigo una colección de los tebeos que estaba toda completa y me pedían un montón de dinero (se ríe). Al final la cambié por un dibujo.
Hay que aprovechar, ya que tengo la oportunidad con
esta gente de Planeta, pues ver
algunas cosas que las pudiese recuperar, pues sí que me gustaría recuperar
algún tipo de cosas. Más que nada para que lo conociera la gente.
Yo la suerte que he tenido, lo que sí que es
verdad, es que las cosas que se me ocurrían, luego resulta que han funcionado.
Yo hice un personaje que se llamaba Wolff,
y cuando yo lo hice no existía lo de Conan
en historieta, lo que existía eran las novelas, pero no se había hecho un
personaje del tipo... me decían que eran aventuras de vikingos, pero la cosa
era esa cosa de magia, lo que es el mundo de las novelas de Conan, porque yo cuando lo descubrí no
había manera de conseguir las novelas aquí en castellano, y tuve que conseguir
unas ediciones argentinas, para leerlo aquello fue una verdadera odisea. Y fue
también el descubrimiento de mi amigo Frank
Frazetta, que luego tuve la suerte de conocerlo y hablar con él, Frazetta era una verdadera maravilla.
(Sobre la novela
KING DRAGON, que ANDREW J. OFFUTT
escribió a partir de unas ilustraciones desestimadas de MAROTO para una novela
de EDGAR RICE BURROUGHS. La portada de ROWENA también se basó en una de dichas
ilustraciones.)
Yo he hecho muchas ilustraciones para Ace Books [en Estados Unidos], hacía 50
ilustraciones para cada una de esas novelas. Hice como cinco o seis de Conan [al menos Conan and the sorcerer, The
treasure of Tranicos, Conan the Mercenary y The
flame knife, todas ellas con portadas de Sanjulián] y unas cosas de ciencia ficción.
Me ofrecieron para hacer At the earth's core de Edgar Rice Burroughs. Yo lo ilustré, pero los de Burroughs son muy estrictos con los derechos, no querían que se publicase, es una cosa muy compleja, es como con Tarzán, son muy exigentes. Los de Ace Books cogieron y, para aprovechar los dibujos, le encargaron la historia (una novela nueva) a Andrew J. Offutt y la editaron con el título de King Dragon.
Ilustraciones interiores para la novela "King Dragon" |
Cada novela de esas tenía 50 ilustraciones. He hecho incluso más ilustraciones (que portadas).
Ilustración interior para la novela "The treasure of Tranicos" de Robert E. Howard/L. Sprague de Camp |
Una de las cosas que estamos hablando con Planeta, es que ahora acabo de hacer
las portadas de unas novelas de Conan
para Minotauro, una filial de Planeta, son las novelas de Robert Howard, las novelas novelas, lo
que escribió él, y las portadas las hemos hecho ahora entre Santi Casas y yo, que como ves hemos
formado una especie de equipo con el que me siento realmente a gusto en las
actuales circunstancias, y ahora saldrá. Hemos estado hablando y es posible que
estas novelas de Conan las puedan
imprimir, porque con la gente de Howard
sí que tienen un buen rollo y es posible que se consiga y que se edite aquí.
Durante mucho tiempo, cuando dejé de hacer
historietas, estuve haciendo bastantes ilustraciones de muchas cosas. Un
portafolio que había mío era con estas ilustraciones. Eso me hacía mucha gracia
a mí, este mundo de ilustrar novelas me ha hecho siempre gracia.
Lo habían hecho en dos formatos. Había unas que
eran más grandes y el otro era la típica novela de bolsillo. Había funcionado
muy bien porque hay algunas novelas de ocho y nueve ediciones.
La ventaja de eso es que yo tengo todos los
derechos de los dibujos, no de las novelas, pero de los dibujos sí que tengo
los derechos.
Vamos a ver si conseguimos hacer también otro
(álbum)... lo que pasa es que lo de los dibujos solo, a la gente no le suele
interesar, el mundo de la ilustración es otro campo... A la gente le gusta leer
cosas.
El camino en el futuro sería hacer una mezcla de,
un poco lo que es una novela gráfica: que tuviera texto, que tuviera
ilustraciones, que tuviera páginas de cómic. Eso pienso que puede ser un poco
el futuro. Los americanos ya lo han empezado a hacer de alguna manera, la línea
Vertigo que hacen los de DC va un poco por esa línea. Como lo
que hace Neil Gaiman. Ahora está muy
de moda y está funcionando y esta línea es la que pienso que puede ser
interesante.
(Sobre las
historias redibujadas para el álbum ÉRASE
UNA VEZ.)
Aparte de redibujadas, han sido reescritas. No
reescritas, sino puestas en el original, lo que yo quería decir (cuando las
escribí inicialmente).
Tenía de idea hacer más cuentos. Imagínate la cantidad de cuentos que quedan. El problema es que para hacerlos no daba el presupuesto. Si tengo que dibujar La Bella y la Bestia, ahora no da el presupuesto. Están pagando... antes, cuando se hacía una cosa, te ofrecían un precio por página, y ahora no, ahora tienes que ofrecer un producto general. Hacer ochenta o noventa páginas, pues imagínate. No se puede. Tengo que darle vueltas para ver cómo aprovecho el material que hay antiguo, incorporar algunas cosas nuevas. Seguramente en el futuro sí que volveré a hacer, a ver qué cosas tengo, y a ver si puedo hacer otra colección, Érase una vez 2, con otros cuentos, porque cuentos de estos, imagínate, hay los que quieras. La Cenicienta. Esta versión que quiero yo dar del cuento real, porque los cuentos de los Hermanos Grimm son terroríficos, pero terroríficos terroríficos, hay un componente de miedo pero tremendo. El cuento de Pulgarcito, los padres abandonan al niño para que se muera de hambre en el bosque. El cuento de Barbazul, que tenía a las mujeres cortadas. De terror, de terror.
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